Durante los últimos dos días, mi mente únicamente ha estado enfocada en el partido de octavos de final, puesto que jugaríamos contra Brasil. Era un contrincante muy fuerte.
Pasé entrenando desde la mañana y la tarde, incluso me quedé más tiempo del habitual, perfeccionando alguna técnica que sentía que no hacía bien. Mi ensimismamiento fue tanto que ya me encontraba completamente solo en la cancha, el coach junto al resto de mis compañeros se habían ido hace un par de minutos, a descansar.
Heungmin me hizo prometerle que no me sobreexplotaría entrenando debido a mi dolor en la espalda, pero esa promesa era difícil de mantener. Al menos en este momento en el que sentía tanta tensión.
Pateé la pelota contra el arco desde una distancia considerable, anotando, luego corrí hacia una fila de conos y esquivé estos a máxima velocidad. Sentía mucha adrenalina en el interior. Mis movimientos fueron rápidos y ágiles, es ahora cuando me doy cuenta que he mejorado muchísimo mi calidad como jugador, hace un año no me movía tan rápido.
Un par de minutos después, finalmente me detuve. Caminé hacia unas pequeñas gradas que estaban cerca y de una hielera saqué una bebida hidratante de color azul, lo fría que estaba, hizo que la pusiera contra mi rostro para poder refrescarme. Abrí la botella y bebí su contenido de fondo, me sentía sediento y muy acalorado.
El ambiente que me envolvía era silencioso y, el estar al aire libre, hacía de la experiencia algo sumamente agradable. Observé el cielo con atención notando que había anochecido, las estrellas iban resaltando en la creciente oscuridad, al igual que la luna, generando una vista preciosa.
Me mantuve mirando el cielo durante varios minutos, como si fuese la cosa más interesante del mundo, hasta que escuché unos pasos.Como supuse que era alguien del equipo no desvié la mirada y seguí enfocado en el panorama que tenía.
—Qué lindo te ves mirando las estrellas —esa voz la reconocí al instante.
Rápidamente me giré a mirarlo, extrañado. No sabía cómo me había encontrado, no hemos hablado desde aquel día y tampoco intercambiamos números de teléfono.
—Por alguna extraña razón siento que te he extrañado —añadió, acercándose un par de pasos hacia mí —. Y es irónico, porque no te he escuchado insultándome y no te he visto la cara, en dos días, lo cual de cierta manera es un alivio.
—Qué romántico —respondí con sarcasmo —. Yo he estado tranquilo sin verte, idiota.
Bueno, no sabía si aquello era verdad.
A pesar de haberme enfocado en mi preparación deportiva, existían pequeños trances en los que Ronaldo venía a mi cabeza y la pregunta «¿Qué estará haciendo ahora?» rondaba.
Escuché que se rio.
—Ni tú crees lo que dices —dijo, acercándose aún más.
Me encogí de hombros sin saber qué decir, no tenía ganas de discutir. Apenas tenía energía.
— ¿Te pasa algo? —me preguntó después de varios minutos de completo silencio.
Su voz sonaba muy suave.
—Solo estoy cansado.
Él se acercó su suficiente a mí como para posar una mano sobre mi hombro y tocar este con delicadeza.
— ¿Tan pesado ha sido tu entrenamiento? —inquirió, intrigado —. ¿Has podido descansar bien? ¿Has comido bien?
Una extraña sensación se implantó en mi cuerpo, era sumamente extraño escucharlo preocuparse por mí. No entiendo el motivo por el cual lo hace.
— ¿De verdad te importa? —no quise sonar grosero, pero sé que lo hice.
—Sí, Guesung —contestó con seriedad —. Me importas tú.
Sus palabras le dieron vuelta a la conversación. No sabía qué más agregar, tampoco entendía qué demonios era lo que le pasaba, ¿Acaso yo le gustaba? ¿O simplemente se preocupa por mí desde aquel día en que se dio cuenta que me dolía la espalda por una posible lesión?
—Bueno...este...
Cristiano se acercó más y plantó un beso en mi mejilla, interrumpiéndome. Ni siquiera le importó el sudor que caía por mi rostro o que literalmente haya terminado de entrenar.
No le importó nada.
— ¿Qué haces, idiota?
Él me miró con una sonrisa de lado y no dijo nada.
— ¿Te gusto o algo, bastardo? —mi pregunta fue directa porque así lo quise.
Él elevó una de sus pobladas cejas y acercó su rostro al mío. Sus ojos estaban muy brillantes y hermosos, no sabía si era la luz de la luna la que le daban ese toque, pero de verdad lucían preciosos.
— ¿No es obvio?
N/A:
Pero Cristiano...
Jelou, espero que les guste. Este día en específico mucha gente se ha sumado a leer esta historia, así que bienvenidos a todos. Comenten, no sean tímidos.
Me acabo de dar cuenta que Dope Lovers de DPR IAN es la canción del fic 😨
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Get out!
Fanfiction«¿𝑄𝑢𝑒́ 𝑒𝑠 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 ℎ𝑎𝑦 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒́𝑠 𝑑𝑒 𝑢𝑛 '𝑚𝑒 𝑔𝑢𝑠𝑡𝑎𝑠'?» La discusión de Cristiano Ronaldo y Cho Guesung a la mitad del partido de fase de grupos entre Corea del Sur y Portugal, genera impacto en el mundo del fútbol, pues muy...