Capítulo 19

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Tras los resultados del partido de Portugal vs Marruecos, muchas personas quedaron impresionadas, más aún, por el desempeño de la última selección mencionada.

Nadie esperó que, en su último mundial, Cristiano Ronaldo fuera a quedar eliminado en cuartos de final. Las personas alrededor del mundo creyeron que el equipo de Portugal llegaría al menos a semifinales por si no era mucho pedir, pero no sucedió.

Este mundial en especial había estado lleno de muchas sorpresas, incluso para los mismos jugadores. Son innumerables las cosas que han sucedido para hacer de esta Copa del Mundo, algo difícil de olvidar.

Cuando el silbato resonó, dando fin al partido y posicionando a la selección de Marruecos como uno de los semifinalistas, el estadio entró en un estado de euforia, al menos la parte que apoyaba a los marroquís, pues en la otra cara de la moneda, muchos portugueses se encontraban desanimados, enojados y con lágrimas en los ojos.

Uno a uno, los jugadores europeos fueron abandonando la cancha, sin embargo, fue Cristiano el primero en irse, sin despedirse o unirse a sus compañeros. Y algo en mi interior decía que era porque no quería que nadie lo viese afligido o llorando, porque esto último es lo más probable que esté sucediendo; tras escucharlo un par de veces, me había dado cuenta de cuán importante era esto para él, pues aparte de ser su última participación en la Copa del Mundo, era un sueño que como futbolista tenía pendiente por cumplir y a este punto, es muy difícil que suceda.

No soy capaz de entender a su totalidad qué es lo que se siente, pero, en parte comprendo el sentimiento de frustración y tristeza que se puede llegar a sentir tras una eliminación en algo tan importante como lo es este evento. Lo sabía porque ya me había pasado.

Tras varios minutos de pensar y observar cómo la gente se iba del lugar, abandoné las gradas, para poder dirigirme hacia dónde se suponía que se encontraba Cristiano. Nuevamente logré infiltrarme al área de camerinos, notando cómo los jugadores de Portugal, uno a uno iban caminando hacia donde se encontraba el bus que los movilizaba, pero no había rastro alguno de la persona que quería ver.

«A lo mejor quiere estar solo en este momento», pensé.

Es entendible que, como capitán del equipo, el peso de la pérdida recaiga muy fuerte sobre él, lo sabía bien porque uno de mis amigos más cercanos era el capitán de mi selección y había tenido que consolarlo un par de veces ante derrotas.

Miré a mis alrededores empezando a dudar en si buscar a Cristiano, no sabía si realmente reaccionaría bien al verme o si siquiera quería tenerme ahí. Con lo egocéntrico que es, hay un alto grado de probabilidad que no quiera mostrarse débil o vulnerable ante ninguna persona de su alrededor, para mantener la personalidad "fuerte" y con exceso de confianza que usualmente muestra.

Pero, ¿Qué podía perder?

Cada vez faltaban menos días para irme de Catar junto a los chicos, el vuelo hacia nuestro hogar fue aplazado debido a las condiciones climáticas que lo impedían, pero mientras los días pasaban, sabía bien que ya dentro de poco me iría a mi país natal. Al menos debía compensarlo con algo o siquiera ver a ese idiota una última vez.

Caminé por el pasillo y finalmente encontré el camerino de Portugal, lentamente abrí la puerta e ingresé al sitio en busca de Cristiano, pero la imagen que vi, me dejó perplejo.

Se encontraba junto a una mujer de piel morena, cabello negro y una delgada figura, quien a simple vista se veía, lo estaba consolando. Ella estaba de espaldas a mí, mientras lo abrazaba con fuerza y tocaba su cabello con delicadeza.

Parecían ser muy cercanos.

Siendo honesto, ni siquiera sabía si tenía novia o algo así, pues no es como si hubiese estado pendiente de su vida como un fan. Lo poco que había escuchado era que existían rumores de que estaba junto a alguien, pero nada había sido confirmando, al menos hasta ahora.

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