Capítulo 12: Aroma de Reconciliación

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Odion y su esposa esperaban a que sus hijos contaran toda la historia sobre la noticia del embarazo del menor. Yami trataba de buscar las palabras adecuadas para decirles que el vientre de su hijo menor estaba ocupado por su culpa. Yugi estaba demasiado angustioso y sentía un horrible mareo y nauseas.

Ishizu: ¿Te sientes bien hijo?

Yugi: En realidad no.

Yami: Será mejor que te vayas a dormir – Caminó hasta el chico y le ayudó a ponerse de pie y lo acercó a la puerta de la sala de estar – ve a descansar... yo me encargo.

Yugi: Lamento dejarte así... estoy muy nervioso.

Yami: No te preocupes... vete a descansar.

El chico le dio un beso en la mejilla y salió de ahí a paso lento por causa de su mareo, Yami le vio desaparecer por el pasillo y volvió a sentarse frente a sus padres quienes le esperaban a que terminaran de dar la noticia.

Yami: Primero que nada quiero que no se enfaden con Yugi... él no tiene la culpa de nada... sólo de amar.

Odion: No te preocupes hijo... amamos mucho a Yugi y aunque estamos algo tristes por que se embarazó tan joven... pero no por ello vamos a dejar de quererlo.

Yami: Gracias... porque... quiero que sepan que.

Ishizu: ¿Qué pasa hijo?... nos asustas.

Yami: Papá... mamá – Se puso de pie – quiero pedirles la mano de Yugi para casarme con él... porque – Hace otra pausa y les mira directamente – yo soy el padre del bebé que espera Yugi.

Odion: ¿Qué? – Su voz era de total sorpresa.

Ishizu: ¿Te enamoraste de Yugi? – Dijo con voz más tranquila a pesar de la noticia... como si lo presintiera.

Yami: Yugi me ama desde hace mucho y yo en estos meses he descubierto que también lo amo... no sé que hubiera sido de mí si no me acompañara cuando murió Tea y nació Yuki... por eso espero que me comprendan.

Ambos padres guardaron silencio y se miraron, luego su madre se puso de pie y se acercó al mayor de sus hijos.

Ishizu: Ve a dormir... hablaremos de esto en la mañana.

Yami ve a su padre y este asiente en acuerdo así que le da un beso en la frente a su madre y le da las buenas noches para luego salir e irse a dormir, ya mañana se terminaría de arreglar las cosas.

+++

Joey sentía que el aire se le iba de los pulmones, pero al sentir las caricias de ese hombre logró sacar fuerzas de flaqueza y soltarse pegándose a una de las paredes poniendo un par de metros de distancia, Gozaburo por su parte simplemente sonrió.

Gozaburo: ¿Por qué reaccionas así?... no busco nada distinto de lo que busca mi hijo de ti.

Joey: No le entiendo.

Gozaburo: Simple... sexo... simple y llano placer... ¿Qué más podría ser?

Joey: No quiero que se me acerque... ninguno de los dos.

Gozaburo: No mientas – Cambió su expresión a una seria y enfadada – tengo pruebas de cómo te le resbalas a mi hijo como una zorra... le distraes de sus labores y eso no me conviene... así que déjate coger y acabemos con este problema.

El hombre cortó la distancia entre ambos y lo tomó violentamente de un brazo y lo lanzó al piso de azulejo blanco. Luego se quitó el saco y lo dejó sobre el mueble del lavabo. Joey le miraba desde el piso tratando de alejarse pero un pie de Gozaburo le pisó un tobillo lastimándole.

I DON'T WANNA CRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora