Capítulo 20: Ángel de Dolor (I Parte)

23 3 0
                                    


Mientras Mokuba conocía a sus hermanas pequeñas, Seto retomaba su lugar en el escritorio del presidente.

Sentía que a pesar del tiempo transcurrido todo seguía igual, aunque era evidente que eso no era de ese modo, miró a la puerta y no pudo evitar recordar como todas las mañanas una cabellera rubia le llevaba café con deliciosas meriendas, llenando todo de un agradable aroma a vainilla. Pero todo lo que creyó que era una hermosa historia resulto ser un engaño y quien creyó que era un ángel terminó descubriéndose como un demonio deseoso de poder y dinero.

Gozaburo: Espero que estés cómodo – La voz de su padrastro lo sacó de sus cavilaciones y fijó su fría mirada en él – traté de mantener la compañía en la cima durante tu ausencia y espero que no haya disminuido tu potencial como presidente.

Seto: Si hay algo que nunca podría olvidar es el entrenamiento al que me sometiste... no importa los desastres que hayas cometido – Le sonríe con cinismo – yo me haré cargo de ahora en adelante.

Gozaburo: Eso espero – Salió sin decir más.

Yami suspiró al ver que se marchaba, en realidad pensó que iban a gritarse hasta quedar afónicos, pero sucedió todo lo contrario y eso le preocupaba ya que cuando las aguas están mansas no se puede apreciar el peligro con facilidad. Seto por su parte encendió su laptop y comenzó a realizar un estudio general del estado actual de KC.

Seto: ¿Vas a quedarte ahí parado?

Yami: El mismo Seto – Se sentó frente al escritorio sonriente – realmente me sorprendió que decideras volver tan de repente... Gozaburo no sospechaba nada.

Seto: Por algo te tuve como "espía" en KC para que poco a poco compraras las acciones que necesitaba... lo demás me era prescindible – Hace una pausa para mirarle – pasé por muchas cosas para llegar a ser el presidente y pretendo llegar a ser el único dueño.

Yami: Estoy de acuerdo con sacar a Gozaburo de esta empresa... pero tienes que saber que hay personas que tienen derecho también.

Seto: No voy a dejar a Noa en la calle si eso te preocupa.

Yami: No hablo sólo de ellos – Murmuró apenas pero el castaño le escuchó perfectamente y le miró sin entender, pero segundos después su rostro se enfrió como un témpano y sus ojos parecían dagas filosas.

Seto: Si lo dices por "ese"... olvídalo.

Yami: Las cosas han cambiado desde que te fuiste.

Seto: ¡No me importa lo que tengas que decir sobre ese perro! – Gritó levantándose y golpeando el escritorio con los puños cerrados – ahora vete a trabajar si no quieres que ponga de conserje.

Yami: Ok... entiendo... nos vemos más tarde.

El chico de cabello tricolor se puso de pie pero al llegar a la puerta el castaño lo detuvo para hablarle.

Seto: ¿Cómo está Yugi?

Yami: Está bien... al igual que mis hijos Yuki y Ryu... ya los conocerás ya que van mucho a la mansión – El CEO le miró con cara de no entender el comentario – ya sabrás porque lo digo... ahora me retiro que hay mucho que hacer.

Seto: Buena idea.

El ojiazul volvió a su lugar frente a la PC y siguió con sus deberes, tenía mucho que hacer y llegaría tarde a la mansión en donde sus hermanos le estarían esperando.

+++

Noa llegó a la mansión cuando el sol comenzaba a ocultarse, venía conduciendo una de sus motocicletas color azul metálico, pero no venía sólo, tras de él y bien sujeto por la estrecha cintura venía Andrey.

I DON'T WANNA CRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora