Capítulo 10: Reencuentros

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La limusina se detuvo frente a la entrada de la mansión Kaiba, tomó su laptop y entró para dirigirse directamente a su despacho personal y dejar sus cosas, luego subió hasta la habitación de Mokuba y la abrió, el chico estaba dormido así que apagó la luz de la mesa de noche y sin hacer ruido le dio un beso en los cabellos y salió. Al cerrar la puerta vio que de la de al lado salía luz, así que supo que Noa estaba despierto, tocó antes de entrar y vio al chico de cabello celeste sentado en la cama con un marco en las manos y el mayor no tuvo que adivinar para saber que había estado llorando.

Seto: ¿Qué te pasa? – Se sienta al lado del chico y toma la foto – ¿Te peleaste con Mokuba acaso? – Preguntó al ver que la foto era de ambos chicos.

Noa: Yo... no – Respondió con la mirada baja.

Seto: Algo te pasa... Mokuba estaba dormido y normalmente me espera – Hizo una pausa pero el niño no le contestó – Noa – Le sujeta la barbilla para que le mire a los ojos – no voy a enojarme... sabes muy bien que te veo como mi hermano tanto como a Moki.

Noa: Es que... esta tarde Moki me ignoró por estar con Andrey.

Seto: ¿Andrey?

Noa: Un compañero de grupo... al principio me calló bien pero ahora siento que Mokuba me dejó en segundo plano y me siento celoso.

El CEO se sorprendió de la forma tan abierta en la que el chico le hablaba, apenas y podía creer que compartiera genes con la bestia sin corazón de Gozaburo, definitivamente Noa sacó el carácter de la madre, aunque nunca la conociera.

Seto: Ya veo... estás demasiado acostumbrado a que Mokuba te preste toda su atención.

Noa: ¿Qué hago?

Seto: No soy muy bueno para esta clase de consejos... pero creo que debes decirla a Moki lo mismo que me has dicho.

Noa: ¿No se enojará?

Seto: No lo creo... lo más seguro es que no note que te ha ignorado... y todo volverá a la normalidad.

Noa: Gracias Seto.

Seto: Ahora a dormir – Pone la foto en la mesa y ayuda al chico a arroparse luego se agacha para darle un beso en la mejilla y apaga la luz al salir.

Abrió la puerta de enfrente que era la de su habitación, se quitó la corbata y el saco y las dejó tiradas en un sofá individual, luego fue al minibar para servirse un trago, salió al balcón de su habitación y se dispuso a mirar las estrellas mientras bebía.

No le fue difícil conversar con Noa a pesar de que dar consejos no es su fuerte, pero desde que tenía memoria siempre fue algo paternalista con esos niños, no quería que Gozaburo posara sus influencias en ellos como si pasó con él. Sabía perfectamente que su vida no era suya por el momento, pero hasta lograr ser verdaderamente libre sus hermanos no vivirían el mismo infierno que el vivió.

Terminó su trago y dejó la copa en la mesa del balcón, entró en el baño para cambiarse y cepillar sus dientes para acostarse finalmente, esa noche no tenía ganas de trabajar hasta la madrugada, estaba agotado por lo vivido ese día en particular, nunca antes se había sentido así con nadie ni nada, pero con ese chico comenzaba a sacarle de sus casillas y ponerle los nervios de punta. Recordaba el beso de Joey y aún sentía el calor de esos labios y su suavidad, también un leve sabor a menta que de seguro había comido poco antes de su ataque de "celos".

Seto: ¿Celoso? ¿Yo?... ridículo – Se dijo pensando en las palabras de Yue, entonces se dio media vuelta para apagar la luz y finalmente dormirse.

Pero en vez de eso volvió a recordar el beso y el aroma a vainilla del chico, se sentó en la cama en completa oscuridad, convencido de que Joey no era una más de las conquistas a las que estaba acostumbrado. Ahora que lo meditaba no había tenido sexo desde que lo conoció, antes tener a un chico en la mira no era excusa para entretenerse con algún otro, pero desde que ese chico se cruzó con su mirada no había descargado sus hormonas con nadie, eso sí era para pensarlo. En definitiva Joey era alguien especial como tanto le insistía Yue, tal vez valía la pena hacer algo distinto y tener algo seguro en su vida, ya era adulto y debía dejar de comportarse como un adolescente con exceso de testosterona, necesitaba algo fijo y ese chico era lo que necesitaba.

I DON'T WANNA CRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora