Soledad

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Estaba para en el balcón mirando como el mundo a su alrededor parecía funcionar con una armonía increíble, pero en su interior se sentía como si todo hubiese frenado de golpe, volteo su mirada atrás y no lo vio, el ya no estaba. Se había esfumado como todo lo bueno en su vida.

Prendió un cigarrillo y tomo la primera pitada cerrando los ojos, intentando disipar el dolor que le generaba que no estuviese, el nudo en la garganta se volvía más doloroso, y las lágrimas empezaban a escocerle los ojos, era ridículo que hubiese pensado que se merecía algo bueno en su vida. Sabía lo que era estar sola, que sus pensamientos la atosigarán pero no sabía estar sola después de él. 

El teléfono sonó

RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora