Para su mala suerte, sin razón aparente, ese alfa había comenzado a molestarlo.
Le escondía los libros, no lo dejaba comer tranquilo, lo molestaba cada vez que lo veía por los pasillos, le colocaba apodos vergonzosos y cada que podía, le hacía una...
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Cuando los primeros rayos de sol se colaron por las gruesas cortinas de la habitación, Jungkook despertó.
Una sonrisa estaba pintada en su rostro, hasta que sintió un peso ser colocado sobre su abdomen.
Oh Luna. ¿Qué pasó?
El omega se sentó de golpe, y se encontró a si mismo solo cubierto por el edredón que Taehyung usaba, sus piernas enredadas y el brazo de éste sobre él.
No podía ser verdad.
Lentamente levantó la manta, para ver debajo de esta, pero movió rápidamente su vista al verse totalmente desnudo.
Ahora sí estaba más que muerto.
Lentamente salió de la prisión hecha con las piernas del alfa, y levantó su brazo tan suave que dudaba que el alfa haya sentido su toque.
Cuando ya estuvo libre del agarre del alfa, tomó la primer prenda de ropa que encontró tirada, junto a su ropa interior, para colocarse rápidamente, mientras buscaba sus prendas. Agradecía que Hyuna y Hyojong se fueran a la casa que tenían en los límites de la ciudad en cada celo del alfa.
Cuando ya tomó todas sus cosas, sacó lo que había llevado el día anterior para utilizar la bolsa y salir más fácilmente por la ventana. Haciendo el mínimo ruido posible, caminó hacia la ventana que daba justo frente a su habitación. Agradecía el árbol que se encontraba entre ambas ventanas por la cual podía subir hacia su habitación.
Pero antes de salir, vió de nuevo al alfa con la respiración tranquila, se veía hermoso. Y aspiró con fuerza, pero al hacerlo, una mueca se dibujó en su rostro mañanero.
Caminó hacia, donde sabía, Taehyung guardaba aromatizantes para el caso de sus celos. Y encontró uno de vainilla.
Llenó la habitación con aromatizante, y cuando su aroma estuvo más o menos camuflajeado, se fue.
Cuando entró a su habitación, suspiró.
Una de sus misiones estaban cumplidas.
La siguiente era quitarse el aroma a alfa que tenía sobre él. No quería, pero tenía que hacerlo.
Caminó hacia su ducha y encendió el agua caliente, dejó que se regulara y comenzó a desvestirse, bueno, a quitarse la playera del alfa que había traído puesta junto a su ropa interior.
Se colocó bajo la regadera, y una sonrisa se dibujó en sus labios hinchados.
No podía creerlo aún, había tenido sexo con el alfa que le gustaba. La escena parecía sacada de un libro cliché. Él y su bully... Juntos.
Sacudió su cabeza y un gesto de disgusto se pintó. ¿Cómo pudo dejar que su omega tomara el control cuando el alfa le decía cosas bonitas? Él también quería escucharlas.