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Día lunes

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Día lunes. Jungkook se despertó más temprano -dos horas- que de costumbre. Se quedó pensando durante un buen rato, hasta que decidió levantarse y darse una ducha.

Sus padres habían llegado el día anterior por la tarde, y lo despertaron del profundo sueño que mantenía para que pudiera comer algo. Pero se fue a dormir más temprano de lo normal, ya que su cabeza dolía un poco.

Ese día en particular, se sentía bien. Su cabeza palpitaba un poco, pero tomó una de las pastillas para el dolor.

Se vistió y se arregló mínimamente, no tenía muchas ganas de ir a estudiar, más que todo porque tendría que verlo a él.

Cuando bajó a la cocina se encontró con su padre omega, quién sonrió al verlo.

"Buenos días cariño. ¿Estás bien? Es temprano todavía."

"Buenos días pa. Hoy iré caminando al instituto."

Namjoon iba a preguntar el porqué, pero su esposo entró a la cocina con una sonrisa, y la expresión de sorpresa que puso al ver a su cachorro ya despierto lo hizo sonreír.

"Buenos días familia. ¿Por qué tan temprano bebé?"

"Buenos días mi amor. Jungkookie dice que hoy se irá caminando al instituto."

Respondió el omega mayor.

"¿Es así? Oh. Si quieres puedo llevarte, hoy tengo que ir a una reunión."

Jungkook sonrió falsamente, pero lo suficientemente convincente para que sus padres no se preocuparan.

"No te molestes pa. Tengo que pasar comprando algo para una de mis tareas, no quiero que te atrases."

Sus padres se vieron entre sí, pero decidieron no seguir preguntando.

Terminó de desayunar y salió de su casa, rumbo al instituto, que no quedaba tan lejos si tomaba los desvíos que Yoongi le había enseñado.

Antes de llegar, pasó por una dulcería, necesitaba azúcar en su organismo para poder levantar, aunque sea un poquito, sus ánimos.

Al llegar, se dió cuenta de que había entrado más temprano de lo normal. Tomó un dulce y comenzó a comerlo, sus audífonos bloqueando los sonidos que hacían sus compañeros de clase al entrar.

Estaba tranquilo, los supresores lo hacían sentirse un poco más seguro. El aroma a alfa no se había ido solo con una dosis de supresores, así que tuvo que usarlos de nuevo hoy.

Pero de un momento a otro, se tensó al sentir el aroma de la persona que más quería ver, pero que quería evitar a toda costa.

No se animó a levantar la mirada, sabía que el alfa había entrado a su salón y que caminaba hacia él, y de nuevo, agradeció la falta de su aroma que no le podía delatar.

¡¿Mi Bully es Mi Alfa?! ••TAEKOOK••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora