SAMAEL.
No sabía si el imbécil estaba tratando de comprar tiempo, o si realmente sabía algo acerca de los De Santis. Cualquier cosa que fuera a decir sería una mentira, jugaría con Mallory, y yo no podía permitirlo.
—Cierra la boca. — le aprete el cuello con mis manos.
Había roto el cuello de muchos hombres de un solo movimiento, pero a este bastardo no podía matarlo sin quitarle a Mall lo que había deseado hace tanto tiempo. Matarlo. Destruir a los Mancuso desde adentro.
Le estaba cortando la respiración, y su única lucha eran los movimientos que hacía para que lo soltara, lo cual era en vano.
—Detente. — la voz de mi Capo sonó clara, una orden que tuve que acatar, y me detuve. Él tosió un poco carraspeando después.
—Puedo decir que me complace demasiado darte esta noticia, Mallory. Una que el hijo de puta de tu padre no te dio antes de morir. —hablo poniéndose cómodo en la silla, estaba detrás de él, pero podía sentirlo disfrutando, a pesar de que su dedo yacía en el piso, y la sangre escurría por este.
Mallory se giró a ver a Leonardo.
—Dame fuego. — le hablo mientras caminaba a la mesa tomando una barra de acero, mientras Leonardo se acercaba a ella con un encendedor en mano.
Sentí a Santino nuevamente tensándose, enderezándose y poniéndose alerta. Cuando vi a Mall calentar la punta de la barra con la flama sujeté a el hombre nuevamente, viéndola acercarse con una mano sosteniendo el arma y con otra el encendedor.
—Ya que decías tener demasiada información sobre mí, debo evitar que te desangres, así que vamos a lacerar tu herida. — le sonrío mientras esperaba a que la punta se volviera anaranjada, brillando con la advertencia del dolor.
La acerco a él una vez que dedujo que estaba lo suficientemente caliente cómo para cauterizar la herida, el olor a piel quemada y el gruñido de Santino fue el indicio de que Mallory había pegado la barra con la piel herida.
Me aleje cuando Mallory despego la barra, mire la piel quemada, bastante al rojo vivo, pero había logrado su cometido. Poniéndome al frente del hombre lo ví sudando, esto iba a terminar difícil para él.
—¿Hablaras por voluntad propia? Por qué puedo cortar muchas partes de tu cuerpo y después cauterizarlas. — la mujer que me volvía loco lo miraba con una sonrisa en el rostro. El reto evidente en su voz y postura, pero también sabía que si lo que había dicho Santino era para comprarse tiempo, cantaría cómo ruiseñor sin necesidad de tortura.
Santino tomo aire, mientras miraba a Mallory y su rostro se ponía serio.
—¿Sabes quién es tu madre? ¿Conoces su nombre y de donde era? — le pregunto, mientras volvía a dejar caer su cuerpo, pero ya no con esa autosuficiencia, si no un poco cansado por la mutilación y el dolor.
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VENDETTA; L'angelo della morte.
RomanceMallory De Santis estaba destinada a ser la heredera del Imperio De Santis. Un imperio de muerte, drogas y violencia. Era la princesa de las vegas. Y también; la futura Capo de la Camorra. Había sido formada y entrenada para serlo. Pero nunca pens...