SAMAEL.
La energía de la casa se sentía demasiado errática, Mallory había bajado a ver a Marcella, iba a prepararla para poder hacer el intercambio entre ella y Santino. Yo me encontraba dándole las indicaciones a nuestro francotirador, Mallory había insistido en tener una ventaja más contra ellos, si hacían un mal movimiento él mataría a Marcella primero, después si había oportunidad a los dos Mancuso.
No habíamos hablado después de anoche, si es que a besarnos y comerle el coño se le podría decir hablar. Pero es que Mall era mi perdición, me hacía ignorar los deseos de mi corazón, me hacía ser un hombre conformista.
Y aunque lo entendía, comprendía los motivos por los que ella debía casarse, era tan injusto que no fuera conmigo, pero me negaba a seguir sonando como un marica.
—¿Está todo claro, Luca?— pregunté al hombre que se colocaba el chaleco antibalas frente a mí, me dio un asentimiento mientras me giraba ante el sonido de la puerta del sótano abrirse.
Mallory sacaba a una Marcella llorosa, con la ropa desgarrada y el corte de su cuello aún siendo una herida abierta, la sangre seca pegada a su piel, y el cabello un tanto enredado, realmente la futura viuda parecía una cautiva, y quizá ese sería el peor impacto para los Mancuso.
Mi reina quería hacerlos pagar, jugar con sus mentes para quebrar esa parte en ellos. Ese orgullo que tantos años atrás le había arrebatado su felicidad.
—Muévete, princesa, estoy demasiado ansiosa por dejarte libre y obtener en primer lugar lo que siempre quise, agradece que no prolongo demasiado tu estadía en la mazmorra, porque te haría sufrir de verdad. — su voz sonaba llena de peligro, excitada por sus siguientes planes.
—Santino va a matarte, y vas a arrepentirte tanto por haber empezado esto. — la rubia tallo su mejilla con fuerza, quitando las lágrimas que resbalaban, Mallory cerraba la puerta colocando el código de seguridad.
Una risa escapó de ella y la sostuvo con fuerza del cabello, pegando su oído al de ella, Mall era mucho más alta que Marcella.
—Escúchame con atención, voy a destrozar al hombre que amas, así cómo él lo hizo conmigo. Yo no lo empecé, yo solo busco una retribución por el daño causado por él. Después de su muerte, te llamaré, y veremos si sigues siendo la dulce mujer que eres ahora, y si te conviertes en una bestia cómo yo, estaré sentada en mi trono, esperando a que vengas a mí para poder despedazar cada nervio que hay en tu cuerpo. — la sonrisa pintada en la boca que había besado ayer era tan cruel.
Estaba en modo destrucción, y no había nada que la sacara de ahí.
Me acerqué y le quite a la rubia de entre sus brazos, la jaloneé hasta el coche y evite que le respondiera, por qué sería capaz de hacerle más daño, y realmente no me apetecía que esto se prolongara más.
Mallory nos seguía molesta, no contenta con mi acción, pero sin decir nada al respecto. Subí a la chica en la parte de atrás de la camioneta en la que iríamos, Luca nos seguiría en su moto, llegaría al edificio que estaba a un lado de la terraza del estacionamiento, se posicionaría y con el comunicador si algo salía mal ya sabio que hacer.
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VENDETTA; L'angelo della morte.
RomansaMallory De Santis estaba destinada a ser la heredera del Imperio De Santis. Un imperio de muerte, drogas y violencia. Era la princesa de las vegas. Y también; la futura Capo de la Camorra. Había sido formada y entrenada para serlo. Pero nunca pens...