O6 | SAMAEL.

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SAMAEL

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SAMAEL

Estaba furioso. Maldita sea.

Quería romper algo, quería agarrar a Mallory y sacudirla hasta meterle en la terca cabeza que tiene, que Marcella era inocente. Que ella no era quien debía pagar.

Pero no iba a hacerlo, aunque lo sintiera, y aunque tuviera otras inclinaciones para demostrar el poder de la Camorra, mi lealtad y mi devoción por ella no me lo iban a permitir. Era un monstruo como Mallory y cualquier otro hombre dentro de la mafia, también mataba y torturaba. Y daría mi vida por ella. Estaba en contra de muchas cosas que implicaban a la mafia, desde niño lo hacía.

Pero no iba a traicionarla. No me quedaba más que hacer evidente mi descontento, pero acatar sus órdenes. Era un maldito doble cara, porque si tuviera la oportunidad de dejar libre a Marcella no lo haría. Y ni siquiera sentía remordimiento, quizá lastima por que no deseaba que se convirtiera en Mallory. Una hermosa mujer podrida por dentro.

El aeropuerto no estaba tan lejos, Stefano había sido reportado de que la misión había sido un éxito y que nos iríamos de inmediato a las vegas, sin saber que la esposa del Capo de la 'Ndrangheta estaba con nosotros. Pronto lo sabría, los rumores corrían rápido dentro de la mafia.

Cuando abordamos el avión Mallory ya había encadenado bien a la rubia de las manos. La cinta en su boca evitaba que hablara, porque lo había estado haciendo durante todo el recorrido y Mallory se había estresado.

Mire a Marcella sentado desde mi lugar en el jet, a pesar de estar en la situación en la que estaba no parecía estar a punto de perder el control. Estaba extrañamente sosegada.

No sabía si era porque ya se había resignado a la situación o por qué estaba convencida de que su futuro esposo la rescataría.

—¿La lleváremos al Paradise?— le pregunte a Mall.

Estaba sentada frente a mí y a un lado de Marcella, Mallory miraba hacia la ventana, con su mano bajo la barbilla.

—No, es mi prisionera. Estará en el sótano, la llevaré a mi cámara de tortura.— dijo con una sonrisa, mirando a la rubia tensarse y abrir los ojos, tratando de hablar.

Mallory era muy inteligente a pesar de ser vehemente e inquietante, actuaba con lógica cuando tenía que hacerlo, y era buenísima jugando juegos mentales. Una vez que entraba en modo Capo nada la echaba para atrás, ni siquiera yo.

Alessandro había curtido a su hija desde que era pequeña y la mamá de Mallory murió, él supo que no volvería a casarse, y que, si no había sido bendecido con un primogénito, su hija sería la única heredera del imperio De Santis. Y con ello, el anillo rojo que te posicionaba como Capo en la familia de Mallory.

Él le había enseñado todo lo que ella sabía, y Mall creyó que no lo usaría tan pronto, pero había sido alimentada con rabia y rencor, y eso sumado a lo que su padre le había inculcado, crearon una bomba de tiempo. Un enemigo imparable y un ángel de la muerte.

VENDETTA; L'angelo della morte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora