jaemin oyó el timbre de la casa sonar, pero antes de que pudiera bajar de la escalera donde estaba subido para limpiar los cristales, la voz de jeno anunciándole que era para él y que no se molestara en abrir la puerta lo detuvo. frunció el ceño al ver cómo renjun volvía a colgarse del cuello del rizado y le sonreía de manera coqueta. últimamente había estado frecuentando mucho la mansión, demasiado para el gusto del castaño.
―tengo una muy buena vista desde aquí, jae ―pronunció más alto de lo que debería donghyuck, llamando la atención de todos los presentes.
el aludido bajó la vista hacia él, encontrándolo junto a la escalera y mirando hacia arriba en su dirección, más concretamente bajo la falda de su uniforme. se sonrieron mutuamente cuando se encontraron sus orbes y, guiñándole un ojo con coquetería, el ojicastaño respondió:
―me alegro que disfrutes del espectáculo, ricitos.
y dicho esto se estiró más para lograr que la falda se subiera por sus piernas, mostrando más de sus regordetes muslos y el inicio de sus medias. el fotógrafo silbó exageradamente ante eso, haciendo reír al menor, quien le lanzó un beso desde donde estaba. ambos estaban ajenos a un par de ojos miel observándolos fijamente. jeno se había quedado de piedra contemplando la escena y su mirada no podía apartarse de esas piernas cubiertas por una fina tela traslúcida que terminaba con un bonito encaje.
―jenz, ¿vamos a tu habitación? ―renjun llamó la atención del mediano de los lee, sacándole de su ensoñación, con un tono coqueto impregnando su voz y unas caricias sensuales en su nuca.
donghyuck rió al ver a su hermano tan embobado y cómo volvía de golpe a la realidad, pero no le comentó nada a jaemin hasta que no hubieron escuchado el inconfundible sonido de una puerta cerrándose.
―tendrías que haberlo visto ―se carcajeaba el más alto. ―se le caía la baba por ti, jae.
―mmm ―ronroneó pensativo mientras recogía la escalera con ayuda de su acompañante. ―creo que les haré una visita, seguro que interrumpo algo importante.
―eres malvado ―sonrió de lado el ojimiel mientras le rodeaba la cintura con ambos brazos. ―me encanta.
―deséame suerte, ricitos ―pidió entrelazando los dedos tras su nuca y tirando de él para besarle lentamente.
―no la necesitas, precioso ―respondió tras separarse para recuperar el aliento. ―aún así, suerte.
y tras saborearse unos cuantos minutos más, jaemin puso rumbo hacia la habitación de jeno, donde entró tras golpear suavemente la madera y sin esperar respuesta. el susodicho se encontraba desnudo de cintura para arriba, semiacostado en su cama y con el moreno acomodado de lado junto a él.
sus tatuajes eran acariciados por renjun y jaemin sintió celos de eso. si había algo que lo volvía loco del rizado era la tinta marcada en su piel. había soñado con reseguir los dibujos con su lengua demasiadas veces, ya había perdido la cuenta.
―oh, hagan como si no estuviera aquí ―dijo sonriendo amablemente y haciendo un gesto con la mano para restarle importancia, al ver cómo los jóvenes lo observaban fijamente, claramente descontentos con la interrupción.
comenzó a acomodar los libros en el escritorio, tarareando una canción cualquiera para sí mismo y sintiendo una mirada quemando en su nuca. sonrió para dentro, sabiendo que tenía la atención deseada y siguió con sus labores, asegurándose de inclinarse y estirarse de la manera en la que sabía que se veían sus nalgas y la piel de sus hombros y clavículas.
jeno estaba que no daba crédito. el sirviente había irrumpido en su dormitorio cuando estaba a punto de acostarse con renjun. no le gustaba que le estropearan un polvo, y mucho menos cuando estaba tan necesitado de uno. últimamente su vida sexual se había multiplicado exponencialmente, pero no quedaba nunca satisfecho. ni siquiera con el moreno, quien siempre había conseguido saciarle, y ahora estaba susurrándole al oído lo que quería que le hiciera.
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they love me
Fanfiction―así que fantaseabas conmigo, ¿hum? ―tarareó el ojimiel trazando círculos sobre su espalda desnuda. ―¿y quién no? ustedes tres llevan protagonizando mis sueños húmedos desde que empecé a trabajar aquí. ―¿los tres? ¿no te basta con uno solo, jae? ―qu...