Capítulo 1

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Eres la fruta prohibida y yo un bobo con mucha fe.

Vivir dentro de una familia adinerada no tiene muchas ventajas como la mayoría imagina o tal vez depende de lo que los adultos piensan solo para obtener beneficios para ellos mismos, sin importar lo que los demás pensaran, siempre y cuando ellos no se vieran perjudicados, nada más importaba.

Hacer que su hijo estuviera en un compromiso desde que tuvo los dieciséis años había sido algo fantástico para ellos, pues estaban a punto de la quiebra y sus socios ofrecieron ayudarlos a cambio de que su hijo se comprometiera con su heredero, sin ni siquiera pensar en los sentimientos del joven, ellos aceptaron obligándole a cargar ese peso por cinco años.

Nunca estuvo de acuerdo con ello, pero sentía que aceptando lo que sus padres querían, se sentirían orgullosos de él y dejarían de reclamar cada una de sus acciones, incluso si hacía algo bien, ellos siempre encontraban un error, ya no quería seguir recibiendo más gritos y reproches, así que puso una sonrisa y acepto ese compromiso pensando que todo podría salir bien.

Pero solo eran mentiras, engaños y heridas al corazón que parecía nunca iban a detenerse, hasta que llego ese chico pelinegro a darle una razón de lucha, dispuesto a pelear junto a él para que todas esas estupideces creadas en su vida por fin terminaran, dispuesto a enseñarle lo que en realidad era amar.

Bright Vachirawit era esa persona que llegó alborotar todo su mundo y extrañamente se sentía satisfecho con ello, por eso pudo tomar el riesgo de vivir algo que tal vez los demás no vivían y así logro saber lo que era estar enamorado de verdad, pero sobre todo lo que era ser correspondido, lo que era que alguien en realidad se sintiera afortunado de estar a su lado.

—Entiende Bright, ¿por qué no buscas a otro chico? Win está comprometido con el estúpido ese, nunca vas a poder acercarte.

Vachirawit solo pudo negar con la cabeza mientras seguía observando de manera fija al castaño, sonreía alegremente con sus amigos parloteando una qué otra experiencia vivida en las vacaciones, pero había algo que no entendía, cuando él timbre de la salida sonaba el mostraba un gesto triste, melancólico, como si estuviera aburrido de una rutina a la que estaba condenado a vivir por mucho tiempo más.

Esa era una expresión que no salía de su mente, sus ojos fijos en el suelo y sus labios fruncidos en un puchero solo causaba que un deseo por cambiar esa expresión creciera en su pecho, quería hacerlo reír hasta que su estómago doliera, mirar esa sonrisa que se asemejaba a la de un tierno conejito, el más hermoso que alguna vez se haya visto, porqué Win era un ser único.

Ha estado enamorado de él los mismos años que Win lleva comprometido con Nani Hirunkit, heredero de una de las empresas más grandes de Tailandia, pero ese no era ningún tipo de obstáculo para conseguir lo que tanto anhelaba desde la primera vez que lo vio, ese día donde lo salvo del naufragio sin saberlo, donde pudo confirmar que él era un ángel dentro de su vida.

Durante un tiempo conoció a Nani y definitivamente no le agradaba, su forma de ser arrogante hacía que los deseos de golpearlo se expandieran por toda su cabeza, pero decidió dejar pasar aquellos impulsos hasta que comenzó a escuchar los rumores que Hirunkit se había encargado de esparcir por toda la universidad, rumores que eran todo lo opuesto a él.

Era un fastidio tener que cohibirse de caer en las provocaciones de pelea o en soportar como su grupo de amigos se burlaba de él simplemente porque no tenía el mismo nivel económico, estudiaba en esa universidad gracias a una beca y gracias a eso era el centro de atención de todas las personas que creían que por tener dinero eran superiores a los demás.

Pero esta vez no soportaría que le arrebataran al amor de su vida, sin importar lo que ocurriera, estaba dispuesto a pelear por Win, por qué lo valía y quería demostrarle lo que es estar enamorado de verdad.

I'm think you're trouble│BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora