Alma Congelada #3

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Espero que les guste~

No se sorprendió al emerger y estar rodeado de rostros familiares llenos de preocupación, aunque si estaba un sorprendido de estar en el barco de Sandy en vez de la tienda de fideos. Los escucho jadear y podía ver la conmoción en sus rostros, de seguro sorprendidos de ver su nueva apariencia pero, para su absoluto alivio, ninguno comentó nada.

-Hola a todos- sonrió, apenas y con mucho nerviosismo.

-¡MK!- Mei fue la primera en reaccionar, avanzando a grandes pasos y con los brazos extendidos, con toda la intención de abrazarlo fuertemente y no dejarlo ir por un tiempo.

-L-Lo siento...- se le rompió el corazón cuando retrocedió y ella se detuvo, luciendo herida. -...yo no...aun no lo controlo- los toques aun eran difíciles, no podía evitar que el hielo se formará cuando su mano se posaba en cualquier superficie y lo que menos quería era hacerle eso a ella.

-Ven aquí, pequeña- Sandy solo se adelanto para posar su gran mano en el hombro de ella, guiándola con palabras dulces y un toque amable a retroceder. Ella no estaba de acuerdo pero se aferro al de piel azul, ocultando sus lágrimas silenciosas contra sus musculosos brazos.

-¿Controlar?- Tang preguntó, sus manos metidas en las hachas mangas de su ropa para que no vieran como estaba jugando con sus dedos, ansioso y nervioso al mismo tiempo.

-¿Qué fue lo que te paso, chico?- preguntó Pigsy, luciendo tieso, conteniéndose para no adelantarse y abrazar al menor, más que nada por lo retraído que se veía.

-No...lo sé muy bien- confesó, relajándose un poco al no tener a nadie cerca. Aún no lo controlaba y no quería lastimarlo. -Ella hizo algo, cambió algo dentro de mí y ahora, yo...no sé cómo controlarlo- como prueba de sus palabras, el piso bajo sus pies se volvió hielo, el cual se estaba extendiendo un poco pero no demasiado. -Lo siento- miro al dueño del barco, avergonzado.

-No te preocupes, mi amigo- él le dedico una suave sonrisa, sin lucir molesto siquiera.

-No pude levantar el bastón...- miro esta vez a Monkey King, quien parpadeo con sorpresa. -...se sentía tan pesado y yo tenía tanto frío que solo...entre en pánico- era la mejor manera de explicarlo. -Lo siento mucho pero...ya no soy tu sucesor- recordar eso solo lo hacia querer llorar como un niño pero no podía hacerlo, no ante el riesgo de que sus nuevos poderes reaccionaran.

-Oh, Bud...- la expresión del mono se relajo, una triste sonrisa dibujándose en su rostro. -...¿No lo sientes?- eso lo tomo por sorpresa.

-¿Sentir?- lo miro, confundido. Wukong bufo, aunque aún mantuvo sonrisa, y avanzó a grandes pasos, rápido para agarrar la mano del menor antes de que este pudiera retroceder. -¡M-Monkey King!- jadeo, asustando al ver como la escarcha se empezaba a formar sobre la mano ajena y congelaba la punta de su pelaje, solo era cuestión de tiempo a que eso se volviera hielo.

-Soy resistente, indestructible, algo de hielo no me va a matar- bufo, su agarre en la pequeña mano que se negaba a soltar solo haciéndose más firme. Lo había dejado ir una vez, no iba a volver a cometer ese mismo error otra vez. -Ahora, te pregunto otra vez, ¿puedes sentirlo?- y es entonces cuando MK entendió a lo que se refería. Las voces que lo habían acosado los últimos días ya no estaban, se habían callado de golpe, y ahora podía sentir aquella sensación que tanto había añorado desde el accidente. Era la conexión, esa que lo mantenía conectado a su maestro, ligero y algo lejano, pero aun estaba allí.

-Yo...puedo sentirte- jadeo, sollozando al fin, las lágrimas que ahora caían dejando un camino de escarcha y cayendo congeladas en suelo, algo de hielo empezando a subir por el brazo ajeno pero al mono no parecía molestarlo. -Puedo sentirte, estás allí, ¿cómo...?-

-Lo que sea que ella te hizo puede ser permanente y estoy seguro que opaco todo lo demás ene se momento...pero aun estamos conectados, aun eres mi sucesor...- sonrió, acercándose un poco más, apoyando su mano libre en la mejilla ajena y sin importarle el toque frío o la escarcha. -...estamos juntos, hasta el infinito y más allá-

-Eso es de una película- su risa salió como una especie de jadeo medio acuoso pero estaba tan feliz que no podía evitarlo.

-Todavía es cierto- se encogió de hombros con diversión y de repente, MK se lanzó sobre él, abrazándolo con fuerza y hundiendo su rostro en su hombro, el primer toque desde todo el desastre. El dios se sorprendió, el toque helado fue lo que más lo sorprendió, pero no dudo en rodearlo rápidamente con sus brazos para corresponder el gesto. Había hielo en el suelo y mucha escarcha por todo el cuerpo del mono, pero se aferraron el uno al otro.

-Estoy tan aliviado...- ser el sucesor era mas que un simple título, era algo más que aventuras y locuras, era algo que adoraba porque le permitió acercarse a su ídolo y conocerlo con todos, incluyendo errores. Era algo que le daba una posibilidad de proteger a todos los que ama y a los inocentes. -...tan aliviado...-

-Estoy seguro que si, Kid- rozó con su nariz el costado de la cabeza del chico, dando una ligera caricia mientras dejaba escapar suaves y ligeros sonidos, del tipo que usaba para calmar a sus mono. -Estoy seguro que si- lo soltó ligeramente y MK apenas tuvo tiempo de mostrar una temblorosa sonrisa antes de que alguien más se abalanzara y ahora estaba preso entre sus amigos, con Mei apretándolo de frente, Pigsy a su costado, Tang atrás y con Sandy rodeándolo a todos, llegando a alzarlos. Estaba apretado y demasiado cálido por culpa de ella, con todos murmurando amenazas de como lo iban a atar en algún lado o de como lo encerrarían entre un montón de plástico de burbujas para que no volviera a ser lastimado. Rio, ligero y más tranquilo.

Y cuando lo soltaron, a regañadientes cabe destacar, se acercó al único que no había hablado en desde su llegada. El domador de sombras estaba apartado, no luciendo muy cómodo con todo el sentimentalismo pero quedándose por alguna razón.

-Hola, Macaque- saludo con una pequeña sonrisa.

-Hey, Kid- y él le devolvió el gesto.

-Muchas gracias por toda tu ayuda- recordó decir, jugando con sus dedos. -Sé que no te gustan los toques y estoy frío como el hielo pero...¿Te importaría...?- extendió sus brazos con una sonrisa tentativa, esperanzado.

-¿Sabes que?- el mono tarareo, su sonrisa agrandándose un poco al mismo tiempo que abría los brazo, algo que hizo jadear ligeramente al menor. -Puedo hacer una excepción- MK rio, ligero, acortando la distancia para abrazarlo con fuerza y sintiéndolo corresponder el gesto, incluso si estaba algo rígido y torpe.

Que bueno era estar de vuelta.

~Monkie Kid~ 4️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora