MK Vampiro #5

861 123 48
                                    

Espero que les guste~

Nota: ¿Les gustaría una libro de MK Vampiro? Ahí pondría todas las ideas o peticiones sobre esto que me den

MK tarareo para si mismo, jugando de manera distraída con su teléfono, esperando a su mejor amiga y a su amigo más nuevo luego de que ella lo llenará de mensajes para hacer algo juntos.

Incluso si luce entretenido, está atento a todo a su alrededor, un poco abrumado si tiene que ser sincero por todo el ruido a su alrededor pero no lo suficiente como para querer cancelar cualquier plan que a la chica se le hubiera ocurrido.

Y es entonces cuando un aroma penetrante llega a él, su nariz arrugándose con asco y alzando la mano rápidamente para taparse en un intento de dejar de olerlo, aunque con su nariz aguda ese objetivo era muy difícil.

Se voltea de manera instantánea cuando el olor se hace más intenso, sus colmillos alargándose tras su mano y apenas evitando que sus ojos se volvieran rojos. Es ajo y eso venía con cazadores usualmente y a pesar de que es pleno día, aún está alerta.

-¿Eh?- se queda tieso cuando, en vez de encontrarse con un hombre de aspecto tosco, a quien ve es a quien menos espera. -¿Red Son?- enarco una ceja, retrocediendo de manera inconsciente en un intento de alejarse del aroma. Le hace arder la garganta, su estómago lleno y cálido retorciéndose con incomodidad porque le trae malos recuerdos que prefiere mantener olvidados.

-¿Qué pasa, Niño de los fideos?- él se cruza de de brazos, luciendo ofendido al ver cómo el sucesor se tapa la nariz.

-Nada, nada, es solo que...- retrocede otro paso, luchando contra las ganas alejarse unas cuantas cuadras. -...hueles a ajo...a mucho ajo-

-Una mujer insistente no me dejó hasta que acepte su muestra gratis- gruñó y aunque esta a punto de restarle importancia, se detiene en seco ante el destello rojizo que brilla en los ojos ajenos. -Rayos, olvide que esto es malo para los vampiros- frunció el ceño, sus manos cubriéndose con fuera por unos segundos y haciendo desaparecer el olor al fin.

-¿Los sabias?- lo mira con curiosidad, aliviado de poder bajar la mano ahora.

-Estuve en tu departamento una vez, ¿recuerdas?- enarco una ceja y MK hace una mueca, fue por la llave, lo recuerda. -Fue difícil ignorar la heladera llena de bolsas de sangre- bufo, mientras el sucesor cubre su rostro con sus manos, avergonzado. -Los tienes allí, a la vista ¿Cómo es que los demás tontos no lo vieron?- está un poco frustrado si debe ser sincero, nadie puede ser tan distraído como para ignorar la sangre en bolsas que el chico guarda.

-...los hipnotice para que no se acercaran a mi heladera- confesor con vergüenza.

-Ahora, esa es una historia que suena interesante- sonrió, luciendo burlón e interesado, haciendo al chico suspirar con resignación.

... ... ... ...

MK se aferra a los anillos, abrazándolos contra su pecho, manteniendo sus pies firmemente en el suelo y apenas logrando no caer ante el movimiento brusco que hace el tren. La ventana más cercana le muestra un extraño vehículo que se adelanta rápidamente y no puede evitar hacer una mueca, teniendo la sensación de que quien conduce eso, no está muy feliz. Hay gritos cuando algo logra cortar el vagón, y las vías pero todo lo demás queda en segundo plano ante el ser que aterriza bruscamente frente a ellos.

-Al fin te encontré...Sun Wukong- incluso con el ceño fruncido y esa aura llena de furia apenas reprimida a su alrededor, es tan familiar que lo toma por sorpresa.

-¿Viniste hasta aquí solo para dar un paseo conmigo, Nezha?- el tono de Monkey King es tenso y burlón al mismo tiempo pero el nombre que escucha solo confirma su sospecha.

-¿N-Nezha?- jadeo, sorprendido de verlo después de tantos años, logrando que los ojos oscuros se desviaron del dios y se fijarán en él.

-Eres tu...- el asombro reemplaza la ira por el momento, su postura relajándose un poco mientras estira su brazo en su dirección en un gesto obvio. MK empuja los anillos contra el pecho de su amigo más cercano, ignorando sus preguntas a favor de avanzar a grandes pasos y estrellarse contra el pecho del guardián, sintiendo un fuerte brazo rodearlo para mantenerlo cerca. Su agarre es firme pero tan amable y suave, como si temiera lastimarlo a pesar de que es más fuerte de lo que parece.

-Te extrañe tanto...- susurra mientras los abraza, aferrándose a suave tela de la ropa del guardián. Teme estar lastimándolo pero puede escucharlo tararear suavemente y esa preocupación se desvanece por el momento. -...tanto, tanto...- le gustaría poder llorar para mostrar por completo su alegría y alivio pero se conforma con hundir su rostro contra el hombro ajeno.

-Yo también- confiesa Nezha en voz baja, como un secreto entre ellos. Su lanza aún está firme y apuntando hacia el grupo, lo único que evita que se acerquen por el momento pero ambos ignoran sus múltiples preguntas a favor de aferrarse el uno al otro, murmurando para que su conversación quedara entre ellos.

~Monkie Kid~ 4️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora