Little Hyuckie // NCT

12 "Tenemos que hablar"

Sungchan tenia mucho que procesar y poco que hacer ahí, luego de unos minutos de pensar sin llegar a nada simplemente decidió que seria mejor volver a su departamento, ignoró a todos no por maldad, sino porque su mente solo podía pensar en la información adquirida, intentaba unir puntos, recordar alguna que otra rareza en el actuar de Donghyuck que pudieran ayudarlo a llegar a un resultado.  Agradecía la ausencia de Shotaro en su cuarto al momento que llegó a este; quería investigar sin que nada lo interrumpa pero sabia que con la presencia del japonés allí seria imposible.

Soltó un suspiro al tiempo que tomaba la computadora e ingresaba a su cuenta; las preguntas corrían por la mente de Sungchan reproduciéndose y volviéndose cada vez más y más. Pasó mas de media hora en diferentes sitios de internet buscando información que pudiera responder sus dudas, pero todo era tan amplio, tan nuevo y desconocido que solo se revolvía en conceptos y explicaciones que al final ni siquiera terminaba de comprender. Procuró abrir su mente ante todo tipo de información, juzgar no serviría de nada, mucho menos si se prometió apoyar y ayudar a Donghyuck en todo lo que sea posible. Consideraba que este asunto de la regresión era algo que el castaño mantenía oculto claramente por miedo a ser juzgado de mala manera por sus compañeros y amigos, además, su estado pequeño le había contado que no interactuaba con persona, pues no se lo permitían.

Interactuar con Donghyuck no había sido para nada fácil hoy, el castaño apenas y respondía preguntas, mezquinaba ante el contacto físico, era desconfiado y no dudaba ni en segundo en ponerse a llorar si algo lo asustaba o incomodaba. Tenia un gran apego al oso de peluche y una indudable dependencia ante su chupón, pues este parecía calmar bastante bien la incomodidad de su fijación oral, la cual por cierto se volvía mas intensa de lo normal aunque no estaba muy seguro si se debía a la incomodidad que su presencia le generaba al castaño o a su regresión de edad en general. 

Según la información que internet le ofreció cada pequeño en regresión poseía diferentes características; gustos, miedos, preferencias, etc , en general ningún niño se parecía a otro. Además de que existían múltiples factores y motivos en su día a día que podían llevarlos a deslizarse en su regresión, por lo general cada uno tenia sus disparadores, podían ser peluches, dulces, dibujos animados o incluso interacciones con otras personas. 

El tiempo siguió pasando, y antes de darse cuenta ya eran aproximadamente las 21:20 p.m; su cuerpo termino por entumecerse y su mente estaba demasiada saturada en información, lo mejor seria descansar un rato. Dejó el portátil de lado y se levantó de su asiento estirando su cuerpo y haciendo crujir un poco sus músculos, su estomago aprovechó para hacerse notar con un gruñido de hambre.

Antes de poder decidirse a salir a buscar algo para comer la puerta del cuarto fue abierta dando paso a Shotaro, quien no veía desde antes de irse.

—Oh Sungchannie, te estuve buscando— el japonés se acercó con una sonrisa hasta él tomando asiento en su cama donde solo se dejó caer.

Sungchan le devolvió la sonrisa volviendo a tomar asiento a su lado, pasar algo de rato con Shotaro le ayudaría a despejar su mente lo suficiente como para no saturarse al darle vueltas al mismo tema por demasiado tiempo, después de todo, Shotaro era algo así como su mejor amigo.

El periodo de trainees fueron años en los que solo se tuvieron el uno al otro, creando un vinculo casi único para el menor pues consideraba a Shotaro su gran apoyo y pilar. Y por supuestos que el japonés coincidía; llegar desde otro país y rodearse de personas nuevas hablando un idioma que no podía sobrellevar del todo y practicando al misma tiempo una cultura que no era la propia, Shotaro se sentía demasiado solo y deprimido, pensando una y otra vez en darse por vencido y volver a casa, cuando apareció Sungchan, quien lo motivo a seguir adelante, quien lo ayudo y guio.