Capítulo 4. Luz de día; parte I.

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Capítulo 4. Luz de día. Parte I.


Y como Reira dijo, la mañana siguiente llegó Manjiro a Bonten; pero no fue como algo que se esperaba.

La noche antes Mitsuya había llegado muy feliz diciendo que Taiju y Hakkai habían aceptado que cortejara al omega, ni siquiera dejó dormir bien a Baji, pues le contaba todos los años que había tenido que esperar para que Hakkai al fin fuera suyo.

Desde que Mitsuya estaba pequeño le había gustado Hakkai, pero el omega ni siquiera lo topaba, y cuando crecieron fue incluso peor, al volverse Taiju jefe de Bonten no dejaba que ningún alfa mirara a su pequeño hermanito y aunque se calmó un poco cuando Naoto se embarazo, todo siguió siendo lo mismo.

Hakkai siempre había sido un omega muy coqueto, pero se frutraba mucho al ver que su hermano le ahuyentaba a todos los alfas, menos a uno, Mitsuya. Ese alfa tenía algo muy especial y es que no intentaba acercarse a Hakkai, simplemente lo veía de lejos y esperaba que aquello fuese suficiente para que supiera que le gustaba.

Poco a poco Hakkai lo fue notando y le gustó mucho. No solo para coquetear y ya. Veía la manera en la que el alfa trataba a sus hermanas menores y a sus padres; eso era lo que él quería. Al cumplir sus 19 espero a que Mitsuya fuera a pedir su mano para cortejarlo, pero eso no paso, Taiju se juntó a hablar con todo Bonten y decirles que tenían que ir por el príncipe de Manji y necesitaba de dos alfas que pudieran hacerlo.

Mitsuya y Draken se ofrecieron.

Eso retraso aún más todas las ilusiones de Hakkai. Pero Mitsuya le prometió que cuando volviera pediría su mano y así lo hizo.

Baji intentó conciliar el sueño luego de aquella explicación que le había dado Mitsuya sobre su historia de amor con el omega, pero no lo logró.

Así que salió a caminar, casi nadie se encontraba despierto o más bien nadie. Pensó que era su oportunidad para huir, se acercó al puerto y admiraba el mar tan extenso que ahora lucía oscuro por la noche y la luz de luna. Quería volver a ver su color turquesa, en el mar y en los ojos del bello omega rubio.

Se quedó dormido en el puerto sin darse cuenta y al día siguiente lo despertaron los rayos del sol; lo primero que vio al levantarse fue a Mitsuya, quién lo miraba con una sonrisa.

—Hola dormilón. Me asusté cuando no te vi en casa. ¿Dormiste aquí?

—Buenos días, eso creo. No me di cuenta.

—Aún es temprano, pero algo se acerca o más bien alguien. Huele a alfa desconocido desde hace unas horas.

¿Alfa extraño?

Siguió la mirada del otro alfa al océano, ah, de nuevo con su color tan vivo y con su color habitual.

A lo lejos se veía un pequeño barco, aun no se distinguía a la persona que venía en ese barco, pero Mitsuya tenía razón, no olía a alguien de Bonten, olía más bien como...a Manji, ¡Manjiro!

✨️Luz de día✨️bajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora