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Capítulo 8. Runaway

Capítulo 8. Runaway.

A Kazutora le dolía dejar a sus padres. Le dolía sobre todo dejar a su madre, ya que sabía que su fuga sería principios de castigos por parte de su padre para ella. Pero ya no había marcha atrás. Debía luchar al menos por conseguir una vida digna lejos de las personas que le querían hacer daño y esas eran sus padres.

Observaba su habitación; debajo de su cama se encontraban dos maletas, una grande y otra pequeña, llevaba lo que consideraba necesario para vivir bien al menos unos meses y después una bolsa pequeña con algunos ahorros que le había quitado a sus padres. Suspiro. Ya había pasado casi un mes desde que Hanma se fue, rezaba que hubiera alguna noticia de él o tendría que irse solo.

Admitía que tenía miedo irse solo, después de todo, es un omega en Manji y es bastante conocido, así que cualquiera podría reconocerlo y entregarlo a su padre en el mejor de los casos.

Apagó la luz de su habitación y se acostó en su cama. Rápidamente se quedó dormido.

Cuando despertó, sentía unas manos en su espalda y su peso se encontraba encima del cuerpo de alguien más, asustado se apartó un poco, pero al ver que era el cuerpo de Hanma su corazón y todo su cuerpo se tranquilizó. El alfa tenía algunas pequeñas heridas en su rostro, pero seguía viéndose muy guapo.

—¿Admirando mi belleza, omega? —Kazutora abre sus ojos sorprendido y sonrojado por haber sido atrapado admirando la belleza del alfa. Hanma le sonrió y lo atrajo más a él.

—Creí que estabas dormido.

—No puedo dormir bien si en algún momento tus padres pueden entrar y verme. Además, toda la armadura que tengo también me lo impide.

—¿Qué hora es?

—Aún es de noche, tal vez, las 3 o 4 de la mañana.

—Es perfecto entonces, Hanma, hay que irnos ahora. Ya he empacado algunas cosas, sólo lo más necesario—el omega se salió de los brazos del alfa y con mucho cuidado sin hacer tanto ruido, se agacho y sacó las dos maletas y la bolsa que estaban dejado de su cama—hay que irnos ahora que duermen.

Hanma parecía sorprendido por lo que veía, su omega estaba bien preparado para irse.

—¿Tú estás seguro de esto omega? No tengo mucho dinero, no podré darte un lugar cómo el que estás acostumbrado a vivir, al menos no por ahora.

Kazutora asentía, se puso de pie y caminó de nuevo hacia Hanma con una sonrisa, poniendo sus manos en las mejillas del más alto.

—Estoy totalmente seguro, me voy porque mis padres jamás aprobarían lo nuestro, porque mi padre me quiere casar con un viejo lleno de dinero y claro, porque te amo y no estoy dispuesto a que me separen de ti.

El alfa interior de Hanma se encontraba enamorado, molesto y tranquilo por las palabras de su omega.

—No puedo creer que tu padre te quiera entregar a otro alfa solo por el dinero.