Fotografías

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Colin

El alivio me recorrió cada extremidad del cuerpo al ver a Archie entrando por la puerta de mi oficina. Estuve sola por mucho rato, decidí no asistir a la clase del entrenador para avanzar con el diseño del anuario y de esa forma al acabar las clases comenzar con las fotografías.

-   Odio, odio, odio. – bufé molesta.

-   ¿No se supone que odiar es un fuerte sentimiento? – le di una sonrisa cínica a Archie después de aquel comentario.

-   Pero con las personas, no con estas máquinas espantosas que jamás funcionan.

Llevaba dos horas intentando que la computadora de mi oficina encendiera, pero nada sucedía. Si esto no me pasaba con mi laptop de casa, sucedía aquí en la oficina. De seguro tenía correos pendientes con propuestas para los artículos y revisiones para la siguiente edición. Archie se agachó para revisar cada cable del computador y saber si algo ocurría.

-   Ayer funcionó de maravilla.

-   Aquí está el problema. – anunció Archie. – No encendiste el interruptor.

Me sentí tonta después de eso. Batallé por horas y era porque se me había olvidado encender la cochinada de la corriente. Observé una ligera mueca burlona en el rostro de Archie y sentí las mejillas calientes.

-   No digas nada, Archie. Fue un pequeño error. – soltó una risa. – Anda, ve preparando el cuarto de foto, fondo gris.

Salió del despacho y me dispuse a realizar lo que había deseado hacer desde que abrí aquella puerta. La portada del anuario debía ser amarillo con negro, por los colores de la escuela y aunque uno no lo creyera nuestra mascota en cada partido deportivo era una abeja. Me daba pena ajena por la persona que se ponía el disfraz de la abeja, hasta la fecha nadie sabía quién se ponía esa botarga encima.

Mi puerta se abrió y alcé el rostro, perdiéndome en aquella mirada azul que me observaba desde el marco de la puerta. Después de hacer el grupo en WhatsApp que Chris me pidió, Clara me mandó un mensaje. Iniciando una conversación que no paró hasta las tres de la madrugada. Llevábamos así un par de días platicando y me daba cierto retortijón el estómago cuando la notificación indicaba un mensaje nuevo, esperando que fuera ella.

-   Grecia y Chris ya están con Archie, solo debemos esperar a que terminen las clases para que los maestros vengan a formarse. – asentí regresando mi vista al monitor. Clara se dejó caer en uno de los pufs y sacó su libreta. - ¿Te parece si una semana antes de la fiesta de Halloween iniciamos con las fotografías de los estudiantes?

-   Claro, después las fotos grupales y de los equipos institucionales. – la miré de nuevo. – Así podremos acabar rápido y comenzar con los preparativos de la graduación.

Revisé mi calendario. Ocho días para el diecisiete de septiembre. Faltaban ocho días para mi cumpleaños diecinueve. Calvin y Alba acostumbraban a preparar mi comida favorita ese día e invitaban a la familia de Alba, porque, aunque fuera mi cumpleaños debía ir toda la familia de mi cuñada. El año pasado me habían dejado invitar a Luca y este año tenía en mente invitar a una persona especial, una persona que deseaba que formara parte de ese día importante.

-   Oye, Clara.

La chica dejó de ver su laptop para dirigirme la mirada. Los nervios me atraparon y me arrepentía de lo que mi boca había soltado en ese momento.

-   ¿Harás algo el viernes 17? – pregunté nerviosa.

-   ¿El que viene? – inquirió. Solo moví mi cabeza de arriba abajo para asentirle. – Ningún plan, soy toda tuya. – me guiñó un ojo.

Cartas a ClaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora