Ancla [Sasaki x Poseidon]

XXXI.

—¡Hoy, damas y caballeros, damos continuación a la tercer batalla del Ragnarok! —la voz de Heimdall resuena en cada rincón del coliseo, alargando las palabras para darle el dramatismo de la primera vez al evento.

—¡Después de dos derrotas para la humanidad, tenemos al Dios que define mejor que ningún otro el concepto! ¡ese que no muestra piedad alguna por los patéticos humanos! ¡forma parte de los tres olímpicos, siguiendo al todopoderoso Zeus...!

Heimdall espera varios segundos, a la expectativa del espectáculo para modificar la arena que fue presentado la primera vez. El público observa con atención, deseosos de ver una vez más al tirano de los mares separar las aguas.

Pero en esta ocasión parece ser incluso más seco de lo normal. Ni una gota de agua que adjuntar al Dios.

—... ¡Incluso los Dioses le temen, aterrados por despertar su ira! ¡el que gobierna todos los océanos! !el soberano de los mares, él es...! ¡Poseido~n!

La única similitud con su primer aparición es el silencio sepulcral que atraviesa la arena. Todos parecen contener la respiración a la espera de su aparición.

No tarda mucho en salir, a paso lento, haciendo resonar sus zapatos por encima del silencio.
Sin prisa.
Sin agua.
Sin arma.

Su vista se pasea por todo el público, deteniéndose únicamente en dos lugares.
El palco griego, donde Zeus y Hades le cruzan miradas con un asentimiento.
Y el palco nórdico, donde descansan Thor y Loki. Solo ellos.

—¡Y el pobre humano que volverá a enfrentarse al soberano de los mares... una vez mas haciéndonos dudar del título concedido; el mejor espadachín, ¿lo creen ustedes?! ¡sin una victoria viene a enfrentarse al hermano mayor de Zeus, él es... Kojiro Sasaki!

La parte de la humanidad intenta aclamar a su representante, pero con tal presentación resulta algo difícil.

—Todo listo, la batalla comienza... ¡ahora!

Exceptuando la falta de agua, la escena parece repetirse. Ninguno de los dos combatientes se mueve, estáticos en su respectiva esquina.

Quizá un par de grandes observadores se dé cuenta de otra pequeña-enorme diferencia.
Ahora existe el contacto visual. Y no solo eso, si no que este no se rompe en ningún momento.

Los murmullos tardan mucho más en llegar, iniciando en el lado de la humanidad.

"Ya debería saber como empezar, ¿no?"
"Es la segunda vez y sigue sin poder atacar rápido".
"La valkiria debió cambiar de representante".

La gran mayoría se atropella en sus propias palabras cuando es Poseidon el primero en avanzar.

Se coloca al centro de la arena, con varios millones de pares de ojos viéndolo fijamente.

—Me niego a pelear con Kojiro. —pronuncia lento y claro, sin mucho esfuerzo, pero de alguna forma logra llevar las palabras a cada persona presente.

Los humanos se ven unos a otros, totalmente perdidos.
Los Dioses, por otro lado, ya se lo esperaban. Aunque como no hacerlo si se proclamó abiertamente en contra del Ragnarok en la reunión previa.

Por si fuera poca la sorpresa, al menos dos terceras partes de la totalidad de espectadores se queda con la boca abierta, anonadados, cuando Kojiro se coloca al lado del soberano de los mares, al centro de la arena, y toma su mano.
¿Lo más impresionante? que no es alejado.

—P-pero, eso va en contra de las reglas... —Heimdall intenta intervenir, retrocediendo por instinto al encontrar a Poseidon viéndole.

—¿Ah si? ¿y quién me lo va a impedir? ¿tú, Heimdall? —habla directamente, regalando un escalofrío a la columna de la mitad de presentes.