El viaje.

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Los dragones portaban grandes mochilas atadas a su cuerpo, específicas para este tipo de viajes. Dada la diferencia de las familias de estas criaturas, Destino tenía su mochila en la parte del cuello y torso, pues sus alas abarcaban más de la espalda que sus compañeros de especie.

Además, la montura se había tenido que adaptar a sus necesidades también, siendo esta más cercana al cuello permitiendo mejor agilidad a la hora de volar.

Junto con ella volaría Aegon, el cual sinceramente notaba más extraño que nunca. Sus silencios, sus comentarios excéntricos ocasionales… era como si volviera a tenerle tirria a todo lo que le rodeaba. Helaena ni siquiera sabía por qué estaba decidiendo seguirlos.

El viaje era sencillo, la razón por la que todos los dragones habían desaparecido de poniente era un cuerno mágico que los había llevado a su suicidio, al menos en Desembarco del Rey.

Es cierto que ahora que Canibal había muerto no necesitaban aquel cuerno para nada, más sin embargo a Lucerys y Aemond les preocupaba específicamente que se volviera a repetir el mismo suceso con ese cuerno, que sus dragones volviesen a desaparecer.

Jacaerys había dicho que leyó en un libro sobre la forma de hacer que sus dragones fuesen inmunes al pitido, más sin embargo era algo momentáneo, quizás menos de un minuto. No obstante, solo segundos hacían falta para calcinar a alguien o derretir un cuerno mágico.

Jacaerys se abrazó a Lucerys, mirando hacia abajo por última vez a sus dos padres antes de despedirse. Le daba nostalgia, sentía ligera tristeza.

Luke había pasado toda la noche con ellos en su cuarto, siendo mimado como si fuese un crío, sin embargo la hora de la verdad llegaba y con ella ponerse las pilas y emprender ese viaje.

— Siempre me hace ilusión volar —mencionó Jason contento, cogiendo aire para poder soltar un grito de despedida a sus abuelos y ser el que le diera la orden a Terror para que volasen.

Aemond le había permitido ser él el que comenzase ese viaje, ya era hora que volase encima de este dragón de forma continuada, se lo merecía.  Y es que irónicamente, pareciera haber nacido para ser un jinete, era muy avispado y se adaptaba fácilmente. Aemond volvió a sentir orgullo por el menor, al cual abrazaba sin intenciones de soltar.

Rhae y Daemon vieron por última vez a los contrarios, cogiendo aire y soltándolo con lentitud.

— He pensado, ahora que no eres una mujer… ¿Por qué alguien te iba a reconocer? Viserys siempre fue un necio, dejar preñada a una mujer y tener a su bastardo…—Daemon chasqueó la lengua y negó varias veces.

Rhae alzó una ceja y sonrió con diversión.

— ¿Realmente crees que funcione?

— ¿Cuál es tu color favorito? —le preguntó a su cónyuge.

— Rojo—respondió sin dudar.

— Tu pelo de rojo una ropa más… como la mía, y listo. Tampoco hay que pensarlo tanto. Con el pelo corto y teñido dudo que alguien sea lo suficientemente avispado. En Desembarco del Rey son todos unos imbéciles que ni se saben limpiar su propia mierda.

— Así podré estar al lado de mis hijos…—murmuró Rhae en bajo, terminando por asentir— Y tú podrás seguir siendo mano del Rey.

Ambos se fueron al día siguiente, no sabían cómo saldría esto pero no perdían nada. Daemon daría un espectáculo volviendo con un hombre similar a Rhaenyra como novio, pero a estas alturas lo que opinasen de él se lo pasaba por la raja.

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Poco a poco el cambio de temperatura se fue haciendo notable.
Menos mal que traían capas abrigadas o ahora mismo estarían tiritando del frío.

𝐄𝐋 𝐔𝐒𝐔𝐑𝐏𝐀𝐃𝐎𝐑 / JACAEGON + LUCEMONDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora