Fuego.

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El fuego indicó que todo había empezado. Campanas sonando, gritos de alerta flota ardiendo en cuestión de un minuto.

Las barcas situadas al lado de los barcos, los cuales escalaron tras tirar las cuerdas hacia la superficie.

Sonidos de espada, olor a humo y hombres luchando en medio de un fuego insaciable.

Invierno había llegado y estaba ahí para quedarse.

Lucerys estaba al lado de uno de los salvajes, se cubrían la espalda mientras eran rodeados por diez de los Greyjoy. Jason a un lado, buscaba al capitán, a aquel que debía tener el cuerno.

— ¡Un dragón! —se gritaba, alertando a Frendor Greyjoy, un simple hijo secundón que había conseguido más que otros hijos de la sal.

Lucerys pestañeó rápido cuando vio a su compañero ser apuñalado, echándose hacia atrás y escalando sobre el borde del barco donde hizo esfuerzo para no caerse al mar. Lo siguiente que escuchó fue el característico sonido del aliento de dragón seguido de horribilantes gritos y hombres echándose por la borda, ardiendo.

Aquel barco era el más caótico, aunque poco a poco los refuerzos llegaban y más salvajes se unían a la causa.

El segundo barco más grande era donde tal vez estaba el capitán, en ese barco entre otros estaban Aemond, Jacaerys y Aegon luchando, matando.

El primero recibió un corte en la pierna que lo hizo sisear, viendo por última vez la cabeza entera de su oponente quién fue partido por Jace.

Se asintieron mutuamente en forma de agradecimiento, mirando a su alrededor después.

Aegon manchado de sangre ajena, sus blancas hebras goteando rojo. Peleaba de forma feroz, más su vista se fue directo hacia el capitán.

Empujó a un salvaje para que le dejase pasar, rápidamente apuntando con la espalda a ese Greyjoy.

Ojos vivos, azules, pelo largo y negro, lacio. Tenía solo un mostacho largo, los párpados negros pintados con maquillaje y ropa propia de alguien de su clase. Se movía bien, Aemond rápidamente supo que se trataba de un espadachín excelente y que Aegon estaría en problemas.

Quiso ayudarle, pero fue rodeado por varios hombres. Había perdido a Jace, quién ahora se hallaba esquivando flechas que venían desde la otra punta de un barco… no quedaban salvajes ahí, habían perdido al parecer.

Sintió que llegaba una flecha, instintivamente dando un giro que movió su blanco pelo, recibiendo su oponente esa flecha.

Jason miró hacia el barco opuesto, mandando a Invierno a que fuera a ayudar a Aegon, cuanto antes quemasen al capitán antes acabaría todo.

— ¿Qué buscas, hombre? Targaryen en el norte, jamás había escuchado de eso.

Mientras peleaban, Frendor se dedicaba a hablar, cosa que Aegon no podía hacer. Si se distraía solo un poco, Aegon acabaría muerto.
Trataba de buscar entre las pertenencias ajenas el cuerno, pero no lo veía a simple vista.

— ¡Céntrate en tu oponente, muchacho! — habló en alto, cortándole justo en ese momento el andomen.

Aegon se echó hacia atrás, mano en su tripa, alzandola y viendo como estaba teñida de rojo.

Invierno sin embargo había llegado, y con su llegada, también su partida.

— ¡Tasha! ¡Ahora! —Frendor gritó.

Una mujer de ropas negras y gorra salió de la cabina con el cuerno, tocándolo. ¿No estaba en manos del capitán?

Jace se giró para ver lo que ocurria. Aegon sangrando, Invierno soltando un grito y sus ojos tornándose oscuros.

𝐄𝐋 𝐔𝐒𝐔𝐑𝐏𝐀𝐃𝐎𝐑 / JACAEGON + LUCEMONDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora