¿Y Mati? ¿Cómo viene el asado?

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Los ánimos estaban caldeados en la casa. Para muchos participantes era difícil precisar quienes eran aliados, quienes enemigos o por qué se habían peleado con unos y amigado con otros. Marcos andaba en puntas de pie. Su algoritmo aún no procesaba con exactitud esa polisomia de conflictos, por lo cual evitaba cualquier confrontación. Lo vio a Maxi que se encaminaba a la cocina. Bostezaba. Parecía pacífico. Se animó a hablarle.
—Cómo anda, primo. ¿Le puedo hacer una pregunta?
—Si, culiao. Decime.
—¿De los participantes que no entramos desde el principio, solo hay una rubia y un pelado, verdad?
Al cordobés le dió gracia esa manera de referirse a sus nuevos compañeros. —Si. Camila y Ariel. ¿Por qué?
—Porque me crucé con una persona que no responde a los rasgos de ninguno de los dos.
—¿Dónde? —preguntó el cordobés en alerta.
—Afuera. Haciendo un asado.
—¿Cómo, culiao, que hay un desconocido haciendo un asado? —le preguntó con calma y asombro, mientras caminaba hacia el patio para observar que efectivamente, un joven de pelo largo hacía un asado como si se tratara de su propia parrilla.
—¡Buenas!—losaludó el muchacho y le extendió la mano —Me llamo Matías.
—Que tal, Matías —el cordobés le estrecho la mano con el autoritarismo de un patrón de estancia. —Y escúchame, Matías ¿Vos cómo es que entraste acá?
Matías le respondió con cautela pero sin miedo. —Ah, no. Eso va a tener que preguntárselo a Don Alfa.
—¿Don Alfa? —preguntó el cordobés con sarcasmo.
Matías no quiso responder más. Por suerte para él, Alfa llegó en ese momento.
—¿Y, Mati?¿Cómo viene el asado?
—Bien, Don Alfa. ¿Quiere que arranquemos antes con los chori o saco todo junto?
—Hice unos pancitos. Así que sacá primero los chori y después vamos con el resto.
Maxi los miraba atónito.
—¿Me podé' explicar qué carajo e' esto?
Alfa lo miró con desprecio.
—¿Qué sos el dueño de la casa para que te tenga que dar explicaciones?
Maxi lo desafió con la mirada. Alfa no bajó en ningún momento la suya.
— Con vos no se puede ni hablar —profirió el cordobés y se fue directamente al confesionario.
Matías se llenó de dudas.
—Tranquilo, Mati. Nadie dijo que construir una sociedad mejor iba a ser tarea fácil. Vamos a encontrar mucha resistencia. Lo importante es que seamos fuertes. Ahora vení, acercate.
Alfa abrazó al joven frente a una de las cámaras.
—Les presento a Matías, el primer valiente que se atrevió a saltar la medianera para construir un mundo mejor. Necesitamos muchos y muchas más como Matías. Como le dije a él: nunca es fácil construir un sueño, pero si queremos un futuro en el cual no tengamos que cerrar los mails con un hipócrita "saludos cordiales", no tenemos más remedio que intentarlo. Los esperamos acá. Los queremos a todos.

Alfa finalizó el comunicado y caminó hacia la parrilla, con el brazo sobre el hombro de un extasiado Matías.
—Fijate, Mati que a la tapa de asado la cortaste al revés. Nunca tenés que ir a contrapelo de las fibras...—se oyó el inicio de la explicación mientras se alejaban juntos.

Argentina, País Paranormal. Edición Especial: Gran HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora