¡Te querías quedar con el local!

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El sol y la humedad aplastaban el mediodía de la huerta. Alfa transpiraba a mares mientras separaba los yuyos de las hortalizas. La bandana pesada por el líquido, ya no podía contener las gotas que le entraban en los ojos y la piel le ardía por el sol. Todavía le quedaba una parcela entera para desmalezar. A su lado, una chica hidrataba las hojas de las lechugas.

—Haceme un favor —le pidió Alfa—, sacá todos lo yuyos de aquella parcela.

La chica lo miró y sin pretensión de rebeldía le señaló que estaba a cargo de las lechugas, no de los yuyos. Alfa volvió a probar con el de los ajíes, la de los tomates y el que mantenía el alambrado. En todos los casos, la respuesta fue la misma.

Más tarde, Alfa estaba sentado en el sillón de afuera meditando, cuando se le acercó la Tora.

—Alfa, no quiero que tomes esto a mal, pero ya habíamos quedado en que no se les puede dar órdenes a lxs comunitarixs. Si querés algo, lo tenés que hacer vos.

Alfa la escuchó con paciencia y respondió con un gesto de incredulidad.

—No —dijo —, acá está pasando otra cosa —y sin esperar la pregunta de Lucila, se levantó y caminó hacia la Capilla de Chi Porá.

En la entrada de la capilla, encontró a los tres que se habían negado a ayudarlo al lado de una mesa llena de panfletos. Se sacaban fotos, pero no los repartían. Alfa sonrió convencido de que tenía la razón. En el puerta del templo, ahora colgaba una bandera: UNIDAD BÁSICA: COTITA CAPITANA. Romina salió tomando mate.

—¡Ahora entiendo por qué lo querías sacar a Agustín! ¡Te querías quedar con el local! —sentenció Alfa con una risa sarcástica.

Romina sonrió sin gracia para saltar al tema que realmente le importaba.

—No te hagás el vivo, Alfa, y reconocele los derechos a los compañeros.

—¡Ah! Ahora resulta que son "compañeros". ¡Andate a cagar, Romina!

—No la vas a zafar haciéndote el enojado, Alfa. Los trabajadores y trabajadoras de la huerta quieren un salario justo, ocho horas de trabajo, aguinaldo, vacaciones pagas y obra social.

<<ALFA, BASURA, VOS SOS LA DICTADURA🎶>>

Empezaron a cantar los tres que repartían panfletos, pero Romina los paró en seco con un gesto autoritario. Alfa cambió de estrategia y habló directamente con los trabajadores.

—¿Ya se olvidaron de qué iba todo esto? De no pasar el resto de sus vidas escribiendo "saludos cordiales" al final de los mails. ¿Se acuerdan o no se acuerdan?

Los voluntarios estaban confundidos.

—Vení, Alfa. Vamos para adentro —intercedió Romina, para no confundir más a los interesados.

Se sentaron en dos sillas que Romina había llevado de la casa y tras un semana en la Básica ya estaban descoladas.

—¡Me da mucha vergüenza que hagas esto, Romina! Siempre la ventajita. ¡Si vos sabés que esto es un emprendimiento para todos! Acá cada uno es su jefe.

—¡Dale, Alfa! A ver, explicame, ¿cuando termine esto a quien le van a ir a comprar la verdura orgánica, a vos o a estos que no los conoce nadie? No seas cínico, Alfa. Vos sabés perfectamente que todos estos pibes están laburando gratis para vos, por lo menos ponelos en blanco.

Alfa miró la imagen de Coti. Dónde antes había una mano abierta hacia el cielo, ahora había una V de la victoria.

—Hagámosla corta, Romina. ¿Cuánto querés?

Romina puso cara de ofendida, pero no se negó rotundamente.

—Te propongo algo —siguió, Alfa—. Yo sé que es muy probable que gane GH. Si lo gano, la guita del premio es tuya, pero vos les sacás a todos los pibes la política que le metiste en la cabeza. ¿Hacemos trato?

Al rato Romina salió y les dió una charla a todos lxs comunitarixs sobre la economía popular y la idea de que cada uno pueda forjar su camino al lado de Alfa. Lxs comunitarixs asintieron con decepción y a los dos días, todos habían dejado la comunidad.

Marcos y Camila miraban a la tarde las ruinas de la huerta.

—Pensá que querían fundar un mundo nuevo —dijo el primo.

Camila se quedó pensando.

—Se dieron cuenta en solo dos días que los políticos y los empresarios se juntan para cagarlos. En una de esas lo lograron —señaló la vampira con aires de reflexión.

Argentina, País Paranormal. Edición Especial: Gran HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora