Una larga noche | Capitulo XIII

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Lucía se recompuso, aunque le estaba costando, no podía venirse abajo, no era el momento y menos el lugar. Cuando rompió el abrazo con Will, sus mejillas estaban marcadas por las lágrimas, como pudo, se las secó, Joaquín lo notó, y por una razón desconocida para él, sintió que su corazón se hacía pequeño, pero fue devuelto a la realidad por la voz de su novia.

- Amor, ¿vas a dejar que esta minita haga lo que quiera? Esta es su casa, ¡tú eres el jefe! - exclamó Valentina con incredulidad.

- ¡Valentina, cálmate, ten paciencia! Lucia es la indicada para tratar con Will, especialmente en este momento. No intervendré si lo lleva para hablar con él. Ven, siéntate aquí, la cena estará servida pronto. - Joaquín sacó la silla para la modelo.

- Cuando me convierta en tu esposa, no necesitarás una niñera. Puedo cuidar de Will yo misma. Haré mi papel de señora de la casa. - La rubia sonrió mirando al hombre.

- Querida, vamos con calma, ¿ok? Ahora que empezamos una relación, es demasiado pronto para pensar en matrimonio. - dijo Joaquín incómodo.

- ¿No quieres casarte conmigo? - preguntó la joven modelo en tono triste.

- Vale, no es eso. La cuestión es que estamos empezando una relación ahora, mi hijo no se lleva muy bien contigo, y nuestra relación tampoco está asumida. Necesitamos tiempo. ¡Vayamos paso a paso! - Joaquín sonrió sin enseñar los dientes.

- Todo bien... No importa lo que tarde, nos vamos a casar, ¡Yo siento! - Valentina le robó un beso rápido a su novio.

- Vale, ¡cuidado! No quiero que Will vea nuestras manifestaciones de cariño, al menos no ahora, y menos hoy, que se acaba de enterar y le está costando digerir esta noticia. - la regañó Joaquín. - Voy buscar un vino, espérame aquí. - El abogado se levantó y abandonó el ambiente.

Joaquín pasaba por el salón para ir a la bodega por la botella de vino, cuando oyó la voz de Lucía. ¿Estaba cantando? El hombre dejó de caminar y se apoyó en el umbral de la puerta para oír la suave voz de la pelirroja pronunciando la letra de una canción.

L: “Todo será diferente

Si cambias de actitud

Porque aunque tu no lo sientes

Nadie brilla como tu.

Deja salir lo que sientes

Nadie brilla como tu.”

La voz dulce y suave de Lucía tarareaba aquella canción que no él nunca había escuchado en su vida, pero que en aquél mismo instante, se convirtió en su favorita. La mujer cogía a Will de la mano y cantaba mirando al niño a los ojos, como si quisiera que aquella canción tocara el fondo del corazón del muchacho.

El abogado se quedó asombrado con la voz de aquella mujer pelirroja, nunca había oído una voz así. Realmente era única en absolutamente todo. Cuando ella terminó de cantar la pequeña parte de la canción por segunda vez, la vio retomar su postura para hablar con Will, él se quedó en el mismo sitio con la intención de escuchar lo que iba a decir.

- ¡Nadie brilla como tú, mi pequeño! Eres la luz de mis ojos, en menos de dos semanas, has habitado en mi corazón, has llenado el vacío de mi interior y has coloreado mis días grises. Ahora, escúchame. Nadie ocupará el lugar de tu madre, ¿entiendes? Tu madre fue, es y será siempre la reina de tu corazón, del corazón de tu padre y de esta casa. Aunque Valentina quiera, no puede ocupar un lugar que no le corresponde, nadie puede. - dijo Lucía con calma. - No te dejes llevar por las provocaciones. Haz un esfuerzo por tu papá, él necesita rehacer su vida y si ha elegido a Valentina, intenta apoyarle.

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