Volviendo a Casa | Capitulo VII

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Tras el desayuno, Joaquín llevó a Valentina de vuelta al hotel donde se alojaba la modelo. Lucía acompañaba a Will durante las clases, y cuando terminó las actividades escolares del día, la pelirroja llevó al chico a organizarse para que pudieran subir al avión.

El programa era almorzar antes de regresar a Argentina. Joaquín tras dejar a la modelo en el hotel, fue a una tienda a comprar un regalo para su hijo, sin saber qué comprar, el abogado eligió algo sencillo, pero que sabía que le gustaba a su hijo, un oso de peluche.

Toda la casa estaba en silencio, a Joaquín le pareció extraño así que buscó a Marta, responsable de cuidar de la casa de Miami.

- Marta, ¿dónde están Will y Lucía? - preguntó el abogado, entrando en la cocina.

- Están en el jardín. - Marta respondió.

- ¿Ya está listo el almuerzo? - preguntó Joaquín antes de salir de la cocina.

- ¡Sí, señor! - confirmó Marta, mirando a su jefe.

- Puedes preparar la mesa, voy a buscar a mi hijo y a Lucía. - El hombre dijo, saliendo de la habitación.

Al llegar a la puerta, Joaquín atravesó el pasillo del salón que daba al jardín de la casa, vio a Lucía sentada en la hierba mientras Will jugaba con el pelo rojo de la mujer.

En silencio, se acercó a los dos y se rascó la garganta, haciéndoles notar su presencia en el lugar.

- Joaquín, no te vi llegar. - Lucía se levantó de la hierba, pasándose la mano por la ropa.

- No llevo mucho tiempo aquí. - Joaquín contestó, mirando a la mujer, estaba extremadamente hermosa, su pelo teñido de naranja contrastaba increíblemente con su piel blanca.

- He traído a Will para que respire el aire fresco del jardín. - La pelirroja explicó.

- Lo has hecho bien. Hijo, ven aquí. - Joaquín se agachó esperando que su hijo se acercara a él.

- ¡Will, querido! ¿Recuerdas lo que hablamos ayer? - Lucía se agachó para estar a la altura del chico.

- Sí, pero no quiero hacerme más daño. - La voz de Will salió en un susurro.

- Querido, dale una oportunidad a tu padre, sobre todo, es tu padre y sólo quiere tu bien. - Lucía acarició las mejillas infantiles y se levantó. - Los dejaré solos para que puedan hablar.

La pelirroja salió del jardín, dirigiéndose al interior de la casa, Will todavía dubitativo se dirigió a su padre. El abogado suspiró y reveló el oso de peluche, Will dio una débil sonrisa, y sostuvo el oso.

- Will, sé que me he equivocado contigo esta mañana. - dijo Joaquín.

- ¿Sólo hoy? - La pregunta salió involuntariamente de la boca del chico. - Lo siento, no quise decir eso. - dijo Will tras ver la expresión de sorpresa de su padre.

- Está bien, tienes el derecho y debes hablar de mi comportamiento. - El hombre tranquilizó al niño. - Quiero ser mejor para ti, hijo mío. - El abogado suspiró.

Mientras padre e hijo hablaban, Lucía observaba todo a través del cristal de la puerta. A pesar de que Joaquín parecía tan frío y distante de su hijo cada día, ella sabía que el hombre amaba y era capaz de darlo todo por ese niño.

Cuando se da cuenta de que Joaquín se levanta y le tiende la mano a Will, la pelirroja se aleja de la puerta, y se sienta en el sofá a esperar que ambos entren en la sala. Padre e hijo pasaron por la puerta, y Lucía fingió notar su llegada y se levantó sonriendo.

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