DOCE

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Ese trabajo era ilegal, todo el mundo lo sabía, el país miraba todo eso muy mal, pero aun así, los hombres eran los primeros en contratar esos servicios, el barrio rojo estaba lleno de hombres jóvenes, mayores y de mediana edad, que buscaban una c...

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Ese trabajo era ilegal, todo el mundo lo sabía, el país miraba todo eso muy mal, pero aun así, los hombres eran los primeros en contratar esos servicios, el barrio rojo estaba lleno de hombres jóvenes, mayores y de mediana edad, que buscaban una chica joven que los complaciera por una hora (o menos), era detestable, había desde estudiantes, trabajadores, asalariados y jubilados, Chanyeol no podía dejar de pensar que eso era demasiado malo, cuando caminaban por en medio de un largo pasillo de la calle, las chicas se les insinuaban, pero con abrir su chaqueta y mostrar y placa, hacía que todas se alejarán con prisa.

-Esto es un problema.- dijo Chanyeol, mientras que LuHan compartía unas miradas con algunos hombres que cuidaban la puerta y al verlo, supo de qué se trataba y por eso lo dejó entrar. -¿Estás seguro de que esto es una buena idea?-

-Creo que si se iba a quejar, entonces debió quedarse en la fiscalía, Baekhyun lo entiende completamente, no venimos de día de campo.- respondió de mal modo y Chanyeol solo rodó los ojos, porque no sabía cómo iba a terminar eso, pero estaba expectante, más cuando terminó siguiendo a LuHan, subiendo unas escaleras que subían a un segundo piso, en donde parecía que se cambiaban y organizaban todas las chicas, el sitio, era un desastre claramente.

No había suficiente espacio, se suponía que cada una tenía un pequeño hueco con sus cosas en el piso, ahí llevaban sus mochilas con ropa y cambios, condones, sus carteras, todo eso, era un verdadero desastre, olía a húmedad y Chanyeol vio como muchas estaban evitando mostrar sus rostros, inclinándose al frente, mientras que él se paseaba revisando las cosas, viendo al menos diez mil cosas ilegales a la vez, incluso molesto a algunas chicas, preguntando por su identificación y claramente se estaban negando, no quería saber quienes eran, solo quería ver que si fueran mayores de edad, se estaban negando pero su jefe luego salió y había dicho algo muy claro:

-Oigan, no las van a detener ni nada, son amigos míos, descuiden.- el jefe, era un hombre quizás en sus cincuenta y tantos, rechoncho y muy mal encarado, tenía la cabeza afeitada y tenía un tatuaje aun costado de ahí mismo, estaba fumando y tenía el dinero en la mano, un gran fajo, cuando se dejó caer en su mesa, mirando a los tres. -Tenemos un trato ¿verdad?- le preguntó a LuHan y esté asintió.

-Si, lo tenemos.- confirmó y LuHan entonces sacó su libreta de notas. -Hoy me acompañan el investigador Byun y el fiscal Park Chanyeol, puede decir todo lo que crea importante ahora, ellos son parte de mi equipo.- dijo y entonces ese hombre suspiró, asintiendo, como si tampoco se sintiera tan seguro de eso y LuHan lo entendía, eso era muy raro por sí solo, jamás habían hecho algo como eso, pero tiempos desesperados, exigían medidas desesperadas. -Para empezar, ¿qué nos puede decir de Woo Hang? la chica que desapareció y de la que solo encontramos…algunos dedos…-

-No mucho, tengo alrededor de 50 chicas.- dijo ese hombre, pasando su mano por su cabeza con un trapo, porque ahí hacía un montón de calor. -No las conozco bien a todas, muchas van y vienen, Woo Hang era una más, no era muy popular, tampoco era de las que menos trabajo tienen, era muy delgada, los clientes no la querían, parecía hacerlo de muy mal modo, así que tampoco querían estar con ella, lloriqueaba todo el tiempo, decía que su familia necesitaba el dinero, así que supongo que lo hacía porque no tenía opciones.-

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