Capítulo 20

648 33 4
                                    

Alek.

La veo dormir plácidamente, su respiración es tranquila y parte de su negro cabello le cubre la cara mientras el resto le acaricia la espalda.

Su mano derecha está prácticamente clavada en mi estómago, sus senos estan pegados a mis costillas y su pierna está enrollada con las mías, toda la noche ha sido esa su posición y no me disgusta.

Sin embargo, en este momento donde quiero salir de la cama se me dificulta porque no quiero despertarla. Pero debo hacerlo si quiero terminar todos mis asuntos antes de irnos a Los Ángeles.

Con cuidado voy despegando sus extremidades de mi cuerpo, cuando ya he quitado su mano y su pierna, Maxine se mueve y le doy mi almohada e inmediatamente la abraza, sonrío.

Me levanto de la cama y camino al closet, ahí me pongo un pantalón, una camisa, una chaqueta de cuero y una gorra, todo esto sin hacer el menor ruido.

Al bajar las escaleras de la casa todo está oscuro, veo la hora en mi reloj y son las dos de la madrugada. Tengo tiempo suficiente para ir y venir.

Doy un pequeño silbido que apenas es audible, no pasa un minuto cuando mis dos pequeñas bestias aparecen sigilosamente llegando hasta a mí.

- Bien muchachos- mueven sus colas y yo les hago señas que me sigan.

Salimos al garage y escojo una camioneta para ir los tres cómodamente.

- Arriba bestias- ambos se suben a la parte trasera y yo me monto en el piloto.

Al salir del garage los hombres que están de turno se ponen alerta, saben que cuando salgo en la madrugada no llevo guardaespaldas, varios asienten y siguen haciendo su recorrido.

Salimos de la casa y tomo rumbo hacía uno de mis galpones, es mejor acabar con la plaga definitivamente.

Luego de diez minutos los cachorros se encuentran ansiosos, porque ya se saben el camino de memoria hacia donde nos dirigimos y el fin por el cuál los traje.

- Tranquilos muchachos, no se desesperen- les hablo y ladran.

- Nos les daré recompensa- Drogo gruñe y yo río.

- Deja la amargura que no me intimidas.

Llegamos al lugar y estan tres camionetas negras la cual una es de Viktor. Me bajo de la camioneta y les abro la puerta.

Antes que salgan corriendo los detengo con un silbido.

- No los he educado para eso, así que se comportan o en definitiva no hay premio- ambos vuelven y bajan sus cabezas regañados- Andando.

Entramos al galpón y mis hombres se encuentran alrededor de mi víctima esperando por mi llegada, Viktor está sentado en la mesa cruzado de brazos.

Mis cachorros ladran y todos voltean.

- ¿Cómo se les cobra a los traidores?- camino hacia la persona que está ahí sentado con las manos amarrada, con el labio roto y un ojo rojo

- ¡Con sangre y muerte!- contestan mis hombres.

- Sabía que estabas en la mafia, que eres un maldito corrupto- suelto una carcajada sarcástica.

- Felicidades por tu descubrimiento, denle un aplauso por payaso- aplaudo y todos mis hombres me siguen-. Te ganaste un pase para conocer la muerte.

- Algún día pagarás por todo lo que haz hecho.

- Ciertamente, pero tú no estarás para verlo- me agacho a su altura- Te digo algo, yo no iba a hacer nada por unos cuantos Miles de dólares eso me importa poco.

Mi RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora