Alek Novikov.
- Me pregunto a qué se debe esa sonrisa hijo- veo a mi madre quien está colocando los platos en la mesa junto con una muchacha del servicio. Por su cara supe que ya sabía la razón de mi felicidad. Era una mujer astuta.
Estábamos sentados todos en el jardín de la casa, incluyendo a Drogo y Hades que se encontraban acostados a mi lado, no quise dejarlos solos en la casa y además quería dejarlos disfrutar del jardín de mamá. Este era fantástico y la casa de mis padres en Los Ángeles, estaba cerca de la playa y el aire que se respiraba era fresco. No tenía nada que envidiar. Tenía una casa en la misma zona, pero en la mía no había ese ambiente familiar que había en la de mis padres.
Y después de dejar a Maxine en su trabajo que necesitaba resolver una cosas, recibí un mensaje de mamá invitandome a "comer juntos como en familia" (fueron sus palabras). No me pude negar puesto que se mostró muy insistente y estaba seguro que podría ir a mi casa a buscarme y traerme obligado.
- Esa es la sonrisa de la derrota- le lancé una mirada de desagrado- eso significa que ya lo tienen agarrado de las bolas- dijo Alexey mientras agarraba una manzana de la mesa para darle un gran mordisco.
- Cabron con suerte- respondió por su parte Alexander dándome una palmada en el hombro.
No lo negué, definitivamente tenía bastante suerte. En esos momentos era el hombre más feliz del planeta. Mi mujer había hecho de mis días, los mejores y muchos más con su declaración de ayer.
Es mía y me ama. No podría pedir más nada. Ya lo tenía todo.
- ¿Ya le pediste matrimonio? - papá bajó el periódico y me dió una mirada de interrogación bastante dura.
- Todavía no.
- ¿Y que estás esperando? - se cruzó de brazos y alzó una de sus cejas, me mostré sorprendido ante esa reacción. No la esperaba- Ya deberían estar planeando la boda, me hago viejo y quiero nietos.
- Seguirás esperando papá, porque es demasiado pronto para tener hijos- mamá sonrío en mi dirección y le agarró la mano a papá.
Mis pensamientos ya no iban por ahí, sé que hace días pensaba en buscar una forma de mantener a Maxine atada a mi lado, pero con saber que me ama no necesito de más nada. El matrimonio es otro punto, sí me quiero casar con ella, estaría loco si no fuese así, pero todo con calma.
Esa mañana muchas cosas habían cambiado.
- Te advertiría que tengas cuidado porque es la hermana de mi novio y no quiero que la lastimes- decidió hablar Dasha- Pero tienes esa mirada y sonríes como un tonto, algo que nunca había sucedido.
Muchas veces había intentado emparejar me con sus amigas intentando que sentará cabeza, pero nunca lo había logrado y luego de un tiempo se rindió. Es por eso que su cara de felicidad era más que evidente.
– Pero lo más importante. ¿Le dijiste quién eres?
Negué, ese era un tema que me venía atormentando desde hace días. Temo la reacción de Maxine, sin embargo, sé que tengo que decírselo cuánto antes. Su reacción será peor si se entera por otra persona.
Eran pocas las personas que sabían que era el Rey de la Bratva. Ni siquiera Dean sabía de ello, mi hermana decidió no decirle nunca nada ya que ella no tiene nada que ver con eso, se alejo de la mafia hace años.
Pero no permitiría que Maxine me odiara por ocultar le información importante.
- Es mejor que no pierdas tiempo en ello- volvió a hablar papá.
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Mi Ruso
عاطفيةDos almas, dos corazones. Un solo destino. Una casualidad lo llevo a conocerla. El destino los únio y ni la tormenta mas grande los separará. Correrá sangre si es necesario, solo por mantenerse unidos. Él no la dejara ir. Y ella no dejara que...