CAPÍTULO #25

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Alejandra se empezó a enamorar poco a poco de aquél hombre que había dejado plantado en el altar... Él la había enamorado otra vez, ella de vez en cuando se acordaba de Federico, ese hombre arrogante que la había hecho firmar un contrato de confidencialidad y había formado parte de su vida... A veces se preguntaba que sería de su vida... Quizás ya había nacido su bebé y lo arrogante y frío ya se le había quitado... Ese hombre nunca más la volvió a buscar desde aquel día que ella le dijo que sí se quedaba, ella iba a ser su amante toda su vida y ella no quería terminar siendo la amante toda su vida de un hombre casado.

Alejandra estaba desayunando con su esposo y sus suegros, tenía días que se sentía mal... Quizás porqué se la pasaba en la administración de la tequilera porqué las ventas estaban por los cielos.

-te sientes bien Alejandra? . - le pregunto Margarita su suegra al ver que su nuera estaba pálida.

- si sólo estoy mareada, quizás no eh comido bien estos últimos días. - contestó Alejandra.

Alejandra al ver la comida que tenía en el plato se le revolvía el estómago y siempre lo hacia a un lado y prefería comer fruta.

- creo que el estrés descontrolo mi presión - dijo Alejandra poniéndose de pié. - creo que me iré a recostar un rato.

Pero apenas dio un par de pasos cuando cayó al piso desmayada.

- amor. - dijo Leopoldo quién corrió a levantarla. - Alejandra... Alejandra. - le decía él. -madre llama al médico.

- si hijo. - su madre llamó al médico mientras Leopoldo llevo a su esposa a su habitación.

- creo que esta mujer no esta mal por el estrés. - dijo su padre de Leopoldo . - yo más bien pienso que tu esposa está embarazada hijo.

Leopoldo no pudo evitar ponerse feliz. - embarazada. - dijo con una pequeña sonrisa en sus labios...

Cuando el médico llegó, Alejandra ya estaba consciente y las sospechas de su suegro resultaron ciertas.

- Felicidades van hacer papás. - les dijo el médico a Alejandra y a Leopoldo. - tienes 7 semanas de embarazo.

Alejandra se quedo sorprendida no podía creer que estuviera embarazada... Pero era lógico que en cualquier momento iba a salir embarazada si nunca se cuidaba cuando estaba en la intimidad con su esposo.

- vamos hacer abuelos. - gritó su madre de Leopoldo quien estaba feliz al igual que su padre.

- voy hacer abuelo... Pensé que me moriría sin conocer a mis nietos.
- Javier abrazo a su hijo y a su nuera... - yo sabía que lo que tenía Alejandra no era estrés.

- vamos hacer papás. - gritó Leopoldo quien no dejaba de besar a su esposa.

Cuando le dieron la noticia a los padres de Alejandra ellos también se pusieron felices, incluso su hermano Miguel felicito a Leopoldo... Él ya era padre de un hermoso niño.

Alejandra nunca se imagino ser madre pero estaba feliz... Su embarazo fue pasando rápido y sin complicaciones a su esposo se le hacía la mujer más bonita del mundo verla con su pancita.

- si es niño quiero que se llame Josué y si es niña se llamará Alexandra. - le dijo Leopoldo a su esposa mientras le acariciaba su pancita.

- mejor si es niño que se llame Josué Leopoldo - dijo ella.

Ninguno de los dos quería saber el sexo de su bebé, quería que fuera sorpresa... A Leopoldo le habían dado casi todos los síntomas más que a su esposa... Se la pasaba comiendo porque todo se le antojaba, lo que no le gustaba era cuando le daban los ascos o cuando le pegaba el sueño, porqué se quedaba dormido en la bodega enfrente de todos sus trabajadores.

Alejandra nunca dejó de trabajar y cuando estaba en la administración de la tequilera con su suegro se empezó a sentir mal y pensaba que sólo eran pequeñas punzadas.

- te sientes mal hija? . - le pregunto Javier su suegro... Al ver que Alejandra hacia gestos y se agarraba su estómago.

- si... Sólo son pequeñas punzaditas. - dijo ella pero cada vez esas punzadas le daban mas fuertes y eran porque su bebé ya iba a nacer.

Su suegro llamó a su hijo quien llegó rápido.... Cuando Leopoldo miró a su esposa se puso más nervioso que ella como si él fuera él que fuera a dar a luz.

La familia de él y de ella estaban en la sala de espera del hospital esperando a que el nuevo miembro de ambas familias naciera... Leopoldo estaba con Alejandra en la labor de parto, no quería dejarla sola en ningún momento.

- es una hermosa niña. - dijo el doctor cuando se escucho el llanto de esa hermosa bebé que pusieron en lo brazos de Leopoldo.

Leopoldo al ver a su bebé no pudo evitar que de sus ojos salieran esas lágrimas de felicidad.

- es nuestra bebé. - le dijo a su esposa poniéndole a su bebé en los brazos de ella.

- tiene tus ojos. - dijo ella dándole un beso en la pequeña frente de su bebé.

- pero se parece a ti. - dijo él.

Leopoldo por fin tenía la familia que siempre quiso con la mujer que amaba y a hora estaba seguro de que el había recuperando el amor de su esposa.

El día del bautizo de su bebé invitaron a todo el pueblo... Leopoldo quería festejar en grande el bautizo de su bebita.

Los amigos de Alejandra estuvieron presentes... Marcus y su prometida fueron los padrinos de la bebé de su amiga... Él siempre estaba con ella y estuvo en todo momento... La había visto llorar y reír.

La hacienda de oro se llenó de travesuras y risas de esa pequeña que ya tenía casi tres años.

- Alexandra deja en paz ese pobre cachorro... - le gritaba su abuelo a la pequeña. - Dios mío saliste igual de traviesa que tu padre.

A Margarita su abuela y a Leopoldo sólo les daba risa al ver que esa pequeña hacia pasar muchos corajes a su abuelo.

- es así porque la consientes mucho papá. - dijo Leopoldo cargando a su pequeña en sus brazos. - yo y Alejandra le llamamos la atención y tú siempre la conscientes.

Alejandra los miraba desde la cocina donde estaba con flor la cocinera preparando la comida y sonreía al ver a su hija haciendo travesuras y haciendo enojar a su suegro...

Leopoldo siempre se llevaba a su pequeña a recorrer los grandes campos azules de agave en su caballo... - aquí yo y tú mami siempre veníamos cuando éramos novios. - le decía él a su pequeña.

En la cena Leopoldo le comentó a su esposa que tenía que viajar a Chicago para reunirse con el dueño del Banco donde el tenía algunas inversiones... Alejandra sabía que esa persona era Federico su ex jefe.

- quiero que me acompañes tú y nuestra hija amor... Así aprovechas para visitar a tus amigos. - le dijo Leopoldo a su esposa.

Alejandra nunca lo quería acompañar cuando el iba a Chicago y menos cuando el tenía que reunirse con Federico Montes de Oca.

- y no quiero que digas que no porque ya les avise a tus amigos y ellos están felices de que vayas.

Alejandra quisiera o no tuvo que viajar con su esposo y su hija a Chicago... Pero antes de hacerlo le hablo a su amigo Marcus para pedirle que los dejará quedar en su departamento porque ella no quería quedarse en su pequeño departamento... Su amigo le dijo que se podían quedar con el todo el tiempo que quisieran porque acababa de rentar el departamento de Alejandra...
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UN CONTRATO MÁS CON MI NUEVO JEFE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora