He tenido experiencias cercanas con la muerte y se como se siente perder a un ser querido.
—Jessica era la hermana menor de Jenn —me explica Mika cuando Félix se ha ido con Jenna y solo quedamos nosotros dos en el teatro rodeados de otros estudiantes que murmuran, sospecho que se han dado cuenta de lo que ha sucedido y ahora susurran al respecto, tenía cáncer terminal.
—Oh...
Realmente no se que decir, así que callo. Mika deja salir un suspiro y da un vistazo a su alrededor.
—Por razones obvias queda cancelada la fiesta en mi casa —murmura Orem.
Se me había olvidado que está sentado al otro lado de Mika. El pelinegro se coloca de pie y con las manos dentro de sus bolsillos, nos pasa por el frente y sale de la fila de asientos.
—¿A dónde vas? a —pregunta Mika.
—A buscar a Bea, no contesta el teléfono y me preocupa que se haya perdido su protagónico.
No quiero reírme de la manera en que Orem parece preocupado por la pelinegra así que me muerdo el labio inferior con un poco de fuerza para evitar cualquier gesto burlón que pueda salir de mí. No tengo en nada en contra del chico, en realidad ni siquiera lo conozco bien para hacerme una opinión suya, solo sé que le gusta ir mucho de fiesta y que las disfruta. No me ha tratado mal ni me ha hecho sentir extraña cuando estoy con, en general, su grupo, así que ni siquiera puedo decir que me cae mal.
Él sigue su camino y lo veo irse por las escaleras hasta llegar al frente del escenario, luego vuelvo mis ojos a Mika que escribe algo en su teléfono. Un mensaje probablemente.
—¿Quieres hacer algo? —me pregunta, aunque sin mirarme. Todavía escribe algo en el IPhone.
—¿Eres muy amigo de Jenna? —curioseo.
Al instante, Mika voltea a verme, terminando con lo que escribía en el teléfono.
—Suelo creer que si —me responde.
—Vale, ¿no crees que deberías ir a donde esta ella y Félix? Brindarle apoyo en este momento, si acaba de perder a su hermana...
Aunque, cuando mi madre murió, lo que yo menos quería era que las personas estuvieran cerca de mí, acompañándome, estando a mi lado para no dejarme sola porque sentían lastima por la chica que había perdido a su mamá más pronto de lo debido.
—Brindarle apoyo y espacio son sinónimos en este momento —chasquea, pensativo—, porque acaba de perder a su hermana, Jenn sabe que estoy para ella, pero en momentos así es mejor estar un poco a la distancia para dar espacio, Félix esta con ella. No me necesita a mí, al menos no esta noche.
—Bueno...—suspiro.
—Así que, vuelvo a preguntarte ¿quieres hacer algo?
Me lo pienso un segundo, viendo como la mayoría ya esta dejando el teatro del recinto escolar.
—¿Es muy tarde para conocer a Goldie? —curioseo.
Mika baja la mirada al reloj en su muñeca, después, vuelve nuevamente sus ojos a mí.
—No, de hecho, no. Son un cuarto de las nueve ¿quieres conocerlo?
—Siiiiii.
—Pues vale —él se coloca de pie y me extiende una de sus manos para que la tome y me coloque de pie—, andando.
Deslizo una minúscula sonrisa antes de levantarme del asiento y tomar su mano, el toque cálido vuelve cuando se entrelazan juntas y él también esboza una sonrisa muy pequeña mientras intercambiamos una mirada que dura varios largos segundos.
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Al borde de la genialidad
Ficção AdolescenteNía Monroe pasa de ser una chica de pueblo a una chica de ciudad en cuestión de un pestañear cuando se muda con su hermano mayor a la sofisticada gran manzana de la que tanto ha escuchado hablar: New York. Pero no solo pasa a ser una chica de ciudad...