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Maratón 3/3

Cuando Seokjin se levantó en lo único que pudo pensar es ir al hospital, no se fijó si Sehun seguía en la casa o no, él se vistió con lo primero que encontró en su armario y salió de la casa lo más pronto posible, anoche se había quedado dormido después de eso.

Después de aquel feo momento.

Estaba preocupado por su cachorro, ayer no pudo hacer nada y lo único que hizo fue llorar para desahogarse.

Se detestaba asi mismo ya que por su culpa al cachorro le pudo haber pasado algo malo, el no pudo cuidarlo, no pudo cuidarse asi mismo estando embarazado.

Si iba a ser siempre así, creía que no iba a ser un buen padre para su hijo.

Lágrimas querían salir de sus ojos, quería llorar de nuevo. Tenía temor de que algo malo pasara con el cachorro, ya que desde la mañana no lo había sentido, rogaba que eso solo fueran sus pensamientos.

Cuando llega al hospital, camino lo más rápido posible hasta la recepción y pidió una cita para ver al doctor, como si fuera su día de suerte, no había nadie más en la lista de pacientes por lo cual era el siguiente en pasar.

Como si lo estuviera siguiendo un psicópata, comenzó a caminar más rápido de lo habitual hacia el elevador para llegar al consultorio. Cuando se encontraba frente a este, tocó para anunciar su llegada.

Al entrar se encuentra con el doctor sentado revisando a su parecer unos documentos de otros pacientes. El pelinegro se encontraba parado esperando a que le ordenen algo.

Cuando Jungkook sintió el leve aroma a vainilla con leche, alzó la vista y se topó con unos orbes acaramelados mirándolo fijamente, pero al hacerlo vio que el pelinegro desviaba la mirada hacia otro lugar.

—Buenos días, toma asiento, por favor —dice y Seokjin asiente.

El alfa antes de volver hablar se tomó el tiempo de observarlo, había hecho esto una costumbre, el omega estaba extraño se lo sentía tenso, su mirada estaba más triste de lo común y eso no le gustaba, quería preguntar, pero no lo hizo.

—Bueno comencemos con la consulta, ¿algún problema con el embarazo? —pregunta, el castaño estaba metido en el papel de doctor profesional.

El pequeño omega frente a él se quedó callado, no iba a contarle lo que le sucedió el día anterior y no tenía planeado hacerlo, solo que no sabia que decir para que le creyera y no preguntara más. Pero se iba a dar cuenta si no hablaba.

Tu arma en estos momentos es mentir, Seokjin. Aunque no quieras, tienes que hacerlo. 

Se decía mentalmente el pequeño omega.

—Yo me caí... me caí de espaldas. —soltó tomando por sorpresa al alfa.

Aunque realmente eso no es una mentira.

—¿Cómo te caíste? —cuestiona el alfa preocupado— No estás en estado para estarte cayendo, estas embarazado eso es muy peligroso.

—Bueno y-yo... estaba haciendo unas cosas en la cocina y sin querer estaba mojado el piso entonces me resbalé y me caí de espaldas.

Al decir esto el pequeño omega estaba tratando de aguantar las ganas de llorar porque sabía que lo que decía era mentira.

—No pude cuidarme, lo siento. —murmura con los ojos cristalizados.

El alfa se tenso cuando lo vio en ese estado, no quería que llorara entonces se levantó de inmediato para darse la vuelta y ponerse a un lado del omega.

The Omega With Sad Eyes© || °PAUSADA°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora