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Le había dicho, pequeño.

El pelinegro se había sonrojado de nuevo, lo había vuelto hacer y eso lo ponía nervioso, porque se supone que no debería sentir cosquillas en su estómago con tener cerca al alfa dominante, no debía sentirse protegido ni cálido a su lado, eso estaba mal y él lo sabía.

Después de que estaba a punto de entrar en una crisis de ansiedad y compartir ese pequeño momento con el alfa, se encontraba sentado frente al castaño que a su parecer se veía nervioso y un poco tenso mientras escribía en su computadora.

Acaso, estaba arrepentido de lo que había hecho, el era tan asqueroso para causarle disgusto al alfa del hospital.

Se muerde el labio inferior, tratando de no dejar que esos malos pensamientos inundaran su mente.

A veces pensaba, como el castaño podía ser tan atento y amable con él, era diferente a las demás alfas que ha conocido, por alguna razón, este no juzgaba a los omegas, no los criticaba ni insultaba, los trataba bien e incluso a los betas, como a la chica que había entrado hace unos momentos, el era bueno y quería saber la razón.

No es que odiara que sea así, al contrario a su corazoncito le agradaba que este alfa no fuera como los demás, no era cretino ni orgulloso, ni mucho menos un maltratador.

Si no que quería saber porque era asi, su familia debió ser muy acogedora donde jamás falto el amor y sus padres le inculcaron esa forma de ser, tan igualitario y considerado con los demás.

Quería saber todo del alfa.

Sin embargo, no era lo suficientemente cercano para poder preguntar cosas personales, por más que quisiera no podía y en parte le dolía eso.

El no poder saber que le gustaba o que amaba hacer durante sus días libres, no tenia conocimiento de nada y eso lo entristecía.

—Esta todo bien —dice el alfa, sacándolo de sus pensamientos— pareces pensativo.

El pelinegro lo mira de forma rápida y se topa con esos orbes negros como la noche, que lo miraban detalladamente, asiente y la habitación se apodera de un silencio.

Al pequeño omega le gustaría decir que es cálido pero no, es todo lo contrario se ha vuelto incómodo. Por lo que decide hablar.

—Yo creo que ya es momento de retirarme. —comenta levantándose de su asiento. El alfa asiente y se levanta para acompañarlo hacia la puerta.

—Se me olvido, por favor, para la próxima cita ven con tu alfa necesito hablar con el sobre unas cosas del embarazo. —dice. El pelinegro solo asiente y comienza a caminar hacia la salida no sin antes darle una última mirada al castaño.

Pero sabe que no es esa la manera de despedirse y unas enormes ganas de querer abrazarlo lo apoderan, sin embargo, se controla y de espalda con la mirada hacia la puerta dice:

—Mi nombre es Seokjin, Kim Seokjin. —Para después salir y dejar al alfa con una sonrisa en su rostro.
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 —Para después salir y dejar al alfa con una sonrisa en su rostro

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Volví y espero que les haya gustado a pesar de ser corto.

Los sigo leyendo en el próximo cap. 🌼

The Omega With Sad Eyes© || °PAUSADA°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora