El sonido lejano de agua corriendo me despierta, estiro mis brazos desperezándome mientras suelto un bostezo y abro los ojos para volver a cerrarlos al segundo siguiente. Los rayos de sol que se filtran por la cortina me dan directo en la cara encegueciéndome por lo que cubro mis ojos con mis manos.
Vivir con Liam si es un poco apresurado, me pone un tanto nerviosa lo que vaya a pensar mamá porque no llevamos ni una semana saliendo y ya estamos compartiendo techo. No quiero que me reproche por esto, porque en caso de que lo haga debería contarle el motivo por el que realmente estamos aquí y eso significaría darle más atención a Joaquín.
Recuerdo como se molestó cuando hace un año le planee la idea de abandonar el piso con Eri e irme a vivir con Joako. Con un tono frío dijo que no estaba de acuerdo, que hacer eso era como darme la cabeza contra un muro enorme y que cuando saliera lastimada no recurriera a ella porque no iba a ayudarme. En el momento la odie, pero hoy aprecio su consejo aunque haya sido un poco brusco.
—No quería despertarte —dice Liam saliendo del baño con una toalla envuelta alrededor de las caderas.
—Ya estaba despierta —lo veo acercarse a mi y me da un beso.
—¿Por qué no te uniste? —me mira sonriente secándose el pelo con otra toalla—. Me habría encantado tener tu compañía
—No hace mucho que desperté —comento y tiro de las sábanas hacia arriba cubriéndome por completo.
—¿Quieres hacer algo hoy a la noche? —hay algo en la forma en que lo pregunta que me causa gracia, es como si le diera miedo la respuesta que puede salir de mi boca.
—Sí —asiento—. ¿De qué tienes ganas?
—Ir a comer quizás, no sé, tu elige —se encoge de hombros—. Iré al estudio a grabar algunas canciones que tengo en mente desde hace un tiempo y luego paso por ti.
—¿Puedo ir? —él ha visitado la galería y me gustaría visitar su lugar de trabajo también.
—En las canciones hablo mal de ti así que preferiría que te quedes donde no puedas escucharlas —sonríe.
—Bien, de todas formas no quería ir —hago una muca—. Espero que te vaya bien.
—No te enojes, fenómeno, algun día irás. No hoy, pero te prometo que conocerás el estudio. Además, es importante que grabe esas canciones porque saldrán en los próximos meses y si vas no voy a poder concentrarme.
—La semana que viene expongo otra vez —comento saliendo de la cama—. ¿Estás libre?
Se gira hacia su cajonera y saca una camisa negra mientras supongo que consulta su agenda en su cabeza. Finalmente asiente y me dedica una sonrisa a mí que me acerco para abrazarlo por la espalda y dejo un besos sobre su piel.
—Tengo que irme a trabajar, fenómeno, si te pones de cariñosa voy a verme obligado a llevarte a la ducha y hacerte el amor ahí mismo.
Estoy por responder con una insinuación a concretar lo que él acaba de mencionar cuando escuchamos los pequeños golpes en la puerta y ambos miramos en dirección a ella.
—¿Ya despertaron? —dice Camille desde el otro lado—. Liam, tenemos que irnos al estudio.
—¿Ibas a decir algo? —pregunta en voz baja girándose hacia mí.
—Que quiero ser la primer persona fuera de tu trabajo en escuchar tus nuevas canciones.
—Como en los viejos tiempos —me guiña un ojo y une nuestros labios en un beso corto para luego encaminarse a la puerta mientras se sube los jeans.
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Una canción no fue suficiente [✓]
Teen Fiction[EL ARTE DE UN CORAZÓN ROTO #1 🎤] ¿Qué harías si en medio de un concierto te das cuenta de que el vocalista fue tu novio en la secundaria? Agreguémosle a esto que los años le han sentado bastante bien y ahora es un chico talentoso, además de guapo...