El primer mes (Cap 28)

529 48 6
                                    

Ese día recuerdo despertarme emocionada por ver a Alice y encontrándome con una servilleta llena de sueños rotos y promesas incumplidas. Se que lo que hizo no estuvo bien, ni siquiera sabía si podía perdonarlo. Pero irse, fue la gota que llenó el vaso. 

Podría decirse que una madre estaría feliz por el nacimiento de su bebe, pero en mi caso no era así. No es que no quisiera a mi bebé, si no que, planeaba tenerla de otra forma. Yo no quise que Alice naciera prematura, pero pasó. Y verla con esos cables por todo su cuerpo siendo tan chiquita fue algo que me quebró. El primer día que pude tenerla encima las enfermeras quisieron que le de el pecho, pero no podía, Alice no succionaba bien y yo producía poca leche. Otra cosa que se sumaría a mi tristeza, no ser lo suficientemente buena para mi bebe. 

Los días pasaron y volví a la casa de Simone sin mi bebé. Todas las noches lloraba, sintiéndome completamente sola. No tenía a Evan, ni tampoco a Alice, mucho menos a mi familia. Habían pasado 5 días de que volví a casa y ni siquiera podía salir de mi habitación para comer. Simone seguía visitando a Alice mientras yo dormía y dormía. 

Una noche Simone volvió del hospital llorando. No tuve el valor para salir de mi habitación pero lo escuchaba desde allí. Yo seguía acostada en mi cama cuando el decidió abrir la puerta. Sus ojos estaban rojos de tanto llorar. 

- Necesitamos hablar - Dijo seriamente. 

-No quiero salir -Contesté y luego tapé mi cara con el cobertor. 

- Bueno, lo haremos aquí-Respondió cerrando la puerta. El se sentó en la punta de la cama. 

-Hace 5 días que no vas a ver a Alice. 

-Lo sé, no tienes que decírmelo. Sé lo mala madre que soy.

-Ahí está el problema. No sé por qué crees que eres una mala madre. 

-¡Porque lo soy Simone! nadie tiene que decírmelo porque lo sé.

-¿Cómo lo sabes? ¿A caso Alice te habló y no lo sé?-Dijo con ironía. 

-¡No puedo ni siquiera salir de mi habitación para bañarme!  ¡no puedo darle de comer a mi hija!

-Elizabeth, un montón de mujeres pasan por esto, es normal. 

-¡PERO YO NO QUERÍA QUE FUESE ASÍ!-Respondí al borde del llanto.- Yo no tenía planeado esto Simone. -El se acercó mas a mi y tomó  mi mano. -No puedo mas. -Dije para luego romper en llanto. 

-Beth, está bien. Es normal tener depresión post parto- Respondió abrazándome. -Si no puedes darle el pecho, podemos contratar una puericultora y que te ayude. Y si no puedes, hay leche de formula. ¡Estará bien!

-¿Qué es una puericultora?

-Una persona especializada en lactancia. Te ayudará. Si tu quieres puedo conseguir una ahora mismo y que venga mañana... pero para eso tendrás que ducharte, comer y ver a Alice. 

- Es que no puedo- Respondí llevando mis manos hacia mi cara para taparlas. 

-No te preocupes, yo te ayudaré. 

Esa noche Simone me ayudó a ponerme de pie, me llevó hasta el baño y me ayudó a ducharme. Ordenamos mi cuarto juntos, comimos una pizza y miramos pelis. Nos dormimos en el sillón mientras mirábamos la película, a la mañana siguiente me levanté muy temprano para visitar a Alice con la puericultora, no fue fácil, pero luego de semanas fuimos logrando que ella tomara leche de mi pecho. 

Las semanas fueron pasando, y Alice engordando mas. Mientras tanto yo, voy a terapia los Miércoles. No ha sido fácil, pero poco a poco vamos sanando. Algunas cosas no las hubiese hecho si no fuera por el apoyo de Simone, el también sufrió al verme así, después de todo soy la madre de su hija y encargarse solo de Alice mientras me veía así, fue duro. 

Tenemos un trato. //  Evan Peters //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora