02: Misterio resuelto

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Este capítulo me ha dado bastante guerra. No me gustaba el rumbo que estaba dando la historia así que lo he tenido que cambiar un par de veces.

Pero aquí lo tengo finalmente.

No os olvidéis de dejar algún comentario y votar.

Espero que os guste. Un besito.

♡♡♡

Viernes, 17 de octubre 2017

Tras haberse ido Mateo, le conté a Andy todo lo que vi con todos los detalles que una niña de ocho años puede dar, pero aún así, no supo decirme a qué estaban jugando. Así que me prometió que volvería hoy conmigo a resolver el misterio.

Estuve todas las clases esperando a que sonara el timbre para reunirme con mi hermano y descubrir por fin de que se trataba ese conmovedor juego que tanto tiempo me había tenido rondando la mente. Cualquiera diría que me había enamorado.

Cuando sonó el timbre esperé pacientemente a que Andy llegara a recogerme, porque aunque íbamos al mismo colegio, primaria no salía por la misma puerta que bachillerato. Mientras lo esperaba me crucé con Mateo.

—¿No estarás esperando a tu novio?— Me preguntó mi mellizo con una mirada granuja.

Rodé mis ojos. Siempre estaba picandome con eso. Aunque tenía razones para hacerlo, me vió dándome un beso con Pedro cuando íbamos a primero de primaria.

—No pesado, estoy esperando a Andy.

—Vale vale, en ese caso iré yendo para casa—. Respondió con un notable desinterés.

—¿No me vas a preguntar para qué lo estoy esperando?

—Nope—. Y tras eso se marchó como si nada. Cualquier persona se hubiera sorprendido, pero viniendo de Mateo me lo esperaba.

Andy tardó unos eternos cuatro minutos y cuarenta y nueve segundos en llegar, los había cronometrado con el reloj que me había regalado papá por mi cumpleaños. Le metí prisa y finalmente llegamos al pabellón. Nos asomamos a la puerta y ahí estaban, los mismos 15 chicos que habían estado ayer ahí mismo.

—¿Es esto lo que viste?— Me preguntó Andy arrodillándose para ponerse a mi altura

—Si—. Asentí —¿Sabes lo que es?

—¡Claro! Es voleibol. ¿Cómo es que no había caído antes?— Exclamó un tanto molesto consigo mismo.

—No te preocupes Andy, quizá te lo describí mal—. Dije quitándole importancia

—No peque, tú me lo describiste genial—. Me despeinó cariñosamente —¿Ese no es Lucas?— Dijo más bien para si mismo y señaló al chico de ojos esmeralda que me había pedido ayer que le pasara la pelota.

—¿Lo conoces?— Respondí emocionada.

-—Es el hermano pequeño de mi mejor amigo Alex. Vamos a hablar con él, seguro que él nos puede decir cómo podemos apuntarte—. Esperó unos segundos antes de volver a girarse hacia mí y preguntar. —Tú quieres apuntarte, ¿verdad Livy?

Y aunque Andy intento no mostrarla, pude sentir su emoción por qué me apuntara a algún deporte. Supongo que es porque se preocupa por mi.

Asentí

—Perfecto, entonces vayamos a hablar con él.

Me cogió de la mano y nos dirigimos caminando hacia él.

—Eyy bro, ¿que haces aquí?— Dijo en cuanto el chico de ojos esmeralda vió a Andy. Entonces bajó la cabeza hacia mí. —¡Pues claro! Ella es tú hermana Livy, ¿verdad? Mi hermano la ha mencionado alguna vez. No sé cómo no la reconocí ayer, sois iguales—. Exclamó sorprendido. —Soy Lucas, encantado de conocerte—. Se presentó y me extendió la mano para saludarme con un apretón de manos.

—Olivia—. Respondí mientras le aceptaba el apretón.

Andy pareció algo sorprendido al ver que yo le había dado mi nombre de pila. Pero yo quería parecer mayor, y Livy me pareció demasiado infantil.

—Vale, ahora que ya os conocéis vayamos al grano—. Dijo Andy amablemente disimulando la sorpresa. —Livy estuvo ayer aquí y parece que el voleibol le ha conmovido, lleva desde ayer intentando averiguar a qué estabais jugando. Parece que ahora le ha dado por apuntarse a voley, ¿sabes dónde puede hacerlo?— Le preguntó a Lucas

Lucas se agachó un poco para quedar a mi altura y es que aunque solo fuera uno o dos años mayor que yo, me sacaba una cabeza.
—¿Qué edad tienes?—me preguntó

—Ocho años—. Respondió Andy por mí.

—Y medio—. Agregué.

—Ocho años...— Pensó por unos momentos. —Entonces eres benjamín. El equipo benjamín lo lleva el entrenador Marcus, puedo hablar con él.

—¿No les hacen pruebas?— Preguntó Andy un tanto sorprendido

—A estas edades no suelen hacer pruebas. A demás en su categoría hay tan pocas personas que no han logrado hacer equipo masculino y femenino, son un equipo mixto.

—¿Cuántos días entrenais?— Le pregunté a Lucas. Ahora que sabía que no había que pasar pruebas estaba mucho más emocionada.

—Yo entreno tres días a la semana y cada entreno dura una hora y media. Pero si no me equivoco, en tu categoría entrenais dos días a la semana, una hora cada día.

Me decepcioné un poco, yo también quería entrenar mucho y convertirme en la mejor jugadora del mundo mundial.

—Pero los sábados jugamos un partido, que es mucho mejor que los entrenos—. Añadió al ver que me había entristecido un poco.

—¿Hay algo que tengamos que comprar?— Preguntó Andy.

Tardó unos segundos en responder.
—Rodilleras. También puedes comprarle zapatillas de voleibol. Pero realmente no es muy importante con su edad.

—Creo que con las rodilleras será suficiente—. Dijo Andy mientras sonreía. —Además aún no sabemos si te va a gustar.

No me gustó ese comentario, estaba segura de que el voleibol iba a ser mi deporte. No lo iba a dejar por nada del mundo.

—Bueno, muchas gracias por todo Lucas—. Empezó a despedirse Andy. —Le pediré a Alex tu contacto para que me puedas dar toda la información.

—Mucha suerte Olivia, seguro que el voleibol se te va a dar muy bien—. Me guiñó el ojo.

Andy se despidió con un apretón de manos y yo le choqué el puño a Lucas.

No me podía creer, por fin iba a poder jugar a lo que tanto había querido.

Romance de VoleibolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora