Miercoles 10 de mayo, 2023
—Livy concentrate que estás empanada— me susurró Maddie entre silenciosas risas.
—No entiendo nada de mates, además no tiene sentido que tengamos que hacer esto en medio del torneo— me quejé desesperada, ya me había rendido en entender el problema de matemáticas.
Hoy no teníamos partido, así que por la mañana los entrenadores nos habían llevado a una biblioteca para que hiciéramos los deberes y trabajos que teníamos pendientes. El torneo se jugaba en días de clase, por lo que para jugarlo teníamos que saltarnos una semana entera de clase. Los profesores ya nos habían empezado a mandar deberes y trabajos para que recuperamos las clases que habíamos perdido.
Estábamos todos distribuidos en varias mesas de la sala de estudios de la biblioteca. Los entrenadores estaban sentados en otra mirando el ordenador, parecían bastante concentrados en lo que sea que estuvieran haciendo.
Lucas se encontraba a un par de mesas de la nuestra. Me moví para intentar verlo, pero las cabezas de la gente me dificultaban la tarea.
Lo conseguí encontrar por fin. Estaba de espaldas a mi por lo que no podía verle la cara, pero sabía que estaba concentrado. Tenía la cabeza apoyada sobre su brazo izquierdo y estaba escribiendo algo con la mano derecha. Después de varios segundos, se giró ligeramente para preguntarle algo a Rodrigo que estaba sentado a su lado. Cuando fue a girarse nuevamente para seguir trabajando en su tarea, cruzamos miradas.
—¡¿Lleva gafas?!— grité sorprendida. En menos de un segundo ya me estaba arrepintiendo de lo que acaba de gritar, noté más de diez ojos clavados en mi. Mi grito se había escuchado por toda la biblioteca. Noté como el calor se apoderaba de mi cara y me empezaba a poner roja de vergüenza.
Miré a mi alrededor y vi como todos los que me conocían estaba intentando batallar consigo mismos para no echarse a reír, incluso los entrenadores parecía que iban a estallar a carcajadas en cualquier momento.
Las demás personas de la biblioteca nos miraban entre divertidos y confundidos.
"Por favor que no se rían" recé en mi mente, si se echaban a reír iba a llamar aún más la atención y me lo iban a recordar toda mi vida.
Lucas estaba rojo como un tomate, estaba intentando aguantar la risa, pero no parecía que iba a conseguirlo.
A mi lado, oí como a Maddie se le escapaba una carcajada. Segundos después, estaba todo el club riéndose. "A la mierda" pensé mientras me unía a ellos y empezaba a reírme. Algunos desconocidos no tardaron en unirse también al "show" y reírse con nosotros , mientras que otros, esperaban molestos a que nos calláramos para poder seguir trabajando.
Una mujer bajita y rechoncha de unos 25 años con rubia melena, que intuí que sería la bibliotecaria, se levantó de detrás del mostrador y se dirigió hacia nosotros. Se acercó a la mesa en la que estaban Mario y Marcus y empezó a regañarlos. Estos, intentaban aguantar la risa sin mucho éxito. En menos de cinco minutos estábamos todo el club en la calle.
—Lo siento— me disculpé muerta de vergüenza con los entrenadores.
—No pasa nada, ya os pondréis a hacer los deberes en el hotel, nos has hecho pasar un buen rato— me dijo Marcus con una sonrisa.
Empezamos a caminar hacia el hotel de vuelta. El ambiente era bastante animado y se oían risas todo el rato, varios de mis compañeros habían hecho bromas y burlas sobre el incidente que acaba de suceder.
—Solo me las pongo para leer— me contó Lucas que se había acercado a mí.
—¿Eh?— dije confusa.
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Romance de Voleibol
RomanceOlivia, más conocida como Livy es una adolescente que se enamoró del voleibol de pequeña. Lucas es la persona que hizo que Livy se enamorara del voleibol cuando lo vió jugar un día en el gimnasio de su colegio. También es el hermano pequeño de el m...