15: El Feliz Despertar

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Me tumbé en la cama del hotel, era ya tarde y tenía sueño, pero no podía dormir. No sin haber visto a Maddie. Nosotros habíamos llegado al hotel hace más de media hora, y ella aún no estaba aquí.

Sophia y Alexandra estaban tumbadas en su cama mirando el móvil. El ambiente era tenso e inquieto.

La puerta de la habitación se abrió y Maddie entró por ella. Llevaba varios puntos en la ceja derecha. Me levanté de la cama lo más rápido que pude y corrí a abrazarla. La abracé como si fuera de porcelana y se pudiera romper si la apretaba mucho.

—Estoy bien, Livy, solo ha sido un susto— dijo entre risas mientras yo la abrazaba.

—Joder Maddie, cuando te vi tan pálida cubierta en sangre pensé que te morías— le contesté enterrando mi cara en su hombro.

Alexandra y Sophia se unieron al abrazo.

—¿Podrás jugar mañana?— preguntó Sophia cuando nos separamos.

—Puedo hacer vida normal, no ha sido nada grave, ni siquiera se me va a quedar cicatriz— contestó Maddie.

Todas suspiramos aliviadas, éramos capaces de ganar sin Maddie, pero si ella estaba todo iba a ser mil veces más fácil.

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Martes 7 de mayo, 2023
Una insufrible alarma nos despertó a las ocho y media.

—Por el amor de dios, apaga eso— me quejé aplastando mis orejas con la almohada para intentar dejar de oír esa horrible melodía.

—Ya va, ya va— dijo Sophia cogiendo el móvil de la mesilla y apagando la alarma. Entreabrí los ojos y vi como una empanada Sophia se sentaba en la cama y finalmente acababa sucumbiendo al impulso y se volvía a meter en ella.

Cerré los ojos y empecé a pensar, pensé en mis padres y mis hermanos, en el partido que teníamos hoy y en el que jugamos ayer, recordé los buenos y malos momentos de la feria. Y sin darme cuenta estaba dormida de nuevo.

—¡Mierda! Nos hemos dormido— gritó Alexandra levantándose de la cama de golpe.

Salté de la cama alerta y miré la hora en el móvil. Solté un suspiro de alivio, solo habían sido quince minutos.

Nos vestimos y nos preparamos con prisas, en menos de quince minutos Alexandra y yo estábamos ya listas.

Fuimos bajando a desayunar nosotras y dejamos a las otras dos en la habitación mientras acababan de alistarse.

Cuando llegamos al comedor para desayunar, nos sorprendimos al ver que no éramos las últimas.

—Llegais tarde— nos regañó el entrenador Marcus.

—Lo siento, nos hemos quedado dormidas— nos excusamos. —Maddie y Sophia bajarán en un rato, están acabando de prepararse.

—Faltan veinte minutos para irnos y aún no han desayunado, tienen que darse prisa— dijo el entrenador Mario estresado. Se le veía desesperado, faltaba aún la habitación entera de Lucas por bajar a desayunar y normalmente solían ser puntuales.

Alexandra y yo nos estábamos dirigiendo al buffet del hotel para desayunar cuando oí una voz que me llamaba.

—¡Livy!— gritó el entrenador Mario haciendo un gesto con la mano para que me acercara. Le dije a Alexandra que no me esperaba y que fuera ella a coger el desayuno —. Hazme un favor, tú que conoces bien donde está la habitación de Lucas, ve y diles que bajen lo antes posible—. Me entregó una tarjeta que supuse que sería de la habitación de Lucas.

Al llegar al hotel nos habían dado dos tarjetas por habitación, una nos la habíamos quedado nosotros y la otra se la habían quedado los entrenadores por si pasaba algo.

Romance de VoleibolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora