III

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   Después de decidir que lo mejor era llamar hasta que amaneciera a su mejor amigo Taehyung para que lo cuidara en su celo, le dio las instrucciones a Jungkook para llegar a su departamento. Entonces, se permitió recargarse y apoyar su mejilla derecha sobre la amplia y cálida espalda del alfa que lo estaba ayudando. Respiró profundo y llenó sus pulmones del delicioso aroma a chocolate obscuro y lavanda que hizo tirarse panza arriba a su omega.

   ¡Jimin, contrólate! Pensó. Él nunca había sido un promiscuo. Si, había tenido algunos amantes, pero no acostumbraba querer aventarse encima de un alfa que acababa de conocer, por muy guapo que estuviera. Que bueno, este hombre no solo era guapo, no. Este alfa parecía alguien salido de un sueño húmedo de su pervertido omega.
   Cálmate. Se reprendió mientras temblaba de pies a cabeza. No puedes dejar que tus instintos te controlen por más que quieras pedirle que te haga gritar toda la noche. Cerró los ojos y disfrutó del aire frío que le estaba ayudando a no convertirse en un manojo de gemidos por sentir esos deliciosos y firmes músculos del abdomen contrario bajo sus pequeñas manos.

   Jungkook sintió cómo el omega apretó su agarre y sonrió ladino. Podía sentir su aroma volviéndose más dulce, señal de que estaba ya iniciando su celo. Pero él no iba a aprovecharse de ello y mantendría el respeto por este hermoso omega que le hacía sentir la necesidad de protegerlo.

   Cuando llegaron al edificio de departamentos que el omega le había indicado, lo ayudó a bajar con cuidado.
   - Ha sido un placer Jimin. – dijo mientras miraba fijamente sus orbes color miel para después bajar a sus labios. Se veían rojos y apetitosos. Su alfa le exigía probarlos. Pero no iba a abusar del pobre omega que ya había tenido una noche desagradable. Era difícil para él contener el gruñido de deseo que sentía en el pecho.
   Jimin, por su parte; estaba aferrándose a sus restos de cordura para no pedirle que entrara a su hogar y lo destrozara en la cama. Lo que sí se atrevió a hacer fue inclinarse hacia el alfa mientras ponía sus manos sobre los amplios hombros y posaba delicadamente sus labios sobre su boca. Casi de manera instantánea, el alfa lo apresó en sus brazos y profundizó el beso. ¡Oh, que bien se sentían las fuertes manos alrededor de su cintura y sus cálidos labios en los suyos! Si no se estuviera sosteniendo ahora del cuello del castaño, probablemente sus piernas le hubieran fallado y terminaría en el piso. Sintió lejana la realidad. Nunca lo habían besado de esa manera. Lento, apasionado, delicioso, como si le estuvieran pidiendo que se entregara y al mismo tiempo le ofrecieran todo lo que pudiera desear.
   Jeon estaba seguro de que nunca había probado labios más exquisitos ni sentido más deseos de tratar con ternura a un omega e impregnarlo de su aroma. Sentía la cabeza nublada y su sangre apresurada en sus venas.
  Jimin por fin se separó para intentar tomar oxígeno en sus pobres pulmones después del intenso beso. Eso le ayudó a aclarar un poco su mente. De acuerdo, tenía que recurrir al poco raciocinio que le quedaba y entrar a casa antes de dejar a su lobo tomar el control por completo.

   - Gracias Jungkook. – susurró con voz tierna pero seductora al mismo tiempo que salía de esos cálidos y poderosos brazos para darse vuelta y entrar al edificio donde estaba su hogar, mientras su corazón latía acelerado y sus piernas temblaban débiles por la excitación.

   - ¡Mierda! – exclamó Jungkook mientras se pasaba las manos por el rostro en un intento de controlarse y controlar a su lobo. Tenía muchas ganas de enterrarse profundo en ese omega, y el hecho de que haya dejado su aroma impregnado en él, no lo ayudaba.
   - Creo que necesitamos una ducha fría, ¿eh, amigo? – le dijo a la poderosa erección que era visible dentro de sus ajustados jeans negros.



   Jimin entró a su departamento mientras sentía que su cabeza aún estaba en las nubes, su vientre se retorcía y su entrada liberaba lubricante.
   Apoyó sus manos sobre la encimera de la cocina a la par que procuraba calmarse. Podía sentir el aroma del alfa en él y su lobo estaba dando vueltas intentando convencerlo de ir a buscarlo para que lo complaciera.

   No, no, no. No necesitamos otro alfa que intente controlarnos. Le dijo a su omega. Sólo sintió como respuesta un gruñido de molestia y un aullido de frustración en su interior.

   Se sirvió un vaso de agua para ir al botiquín y tomarse un par de supresores antes de desvestirse rápidamente y echarse en su cama en ropa interior para esperar que hicieran efecto. No pudo evitar tocarse a sí mismo bajo el bóxer al recordar al hombre que acababa de dejar sus labios hinchados por el apasionado beso. Sintió como su temperatura aumentaba. Empezó a acariciar su miembro lentamente arriba y abajo mientras pasaba su lengua por sus labios para probar de nuevo el sabor del alfa. Eso lo hizo jadear y desear sentirse lleno por él, así que retiró su ropa interior para después ingresar un dedo en su resbaladiza entrada. Ah, se sentía bien. Siguió penetrándose de esa manera hasta que fue momento de agregar otro dedo y después otro mientras rememoraba esos ojos obscuros y músculos firmes, imaginando lo que se sentiría estar apresado bajo ellos mientras lo tomaba vigorosamente. No tardó mucho tiempo en explotar entre gemidos, arrojando hilos de semen sobre su vientre. Respiraba intentando tranquilizar su corazón mientras se recordaba que el amor no era para él y se acomodaba en posición fetal para dormir. Antes de deslizarse en su sueño, pudo imaginar unos bellos, profundos ojos de cervatillo que lo miraban con deseo y amor y una mano tatuada que sujetaba firmemente pero con cariño la suya.

- Jungkook... - suspiró antes de dejarse ir por completo.

... And then I found you - KookMin OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora