Epílogo

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   Jimin se observaba con atención en el espejo. Acomodó su corbata de moño blanca. Los cristales de sus solapas reflejaban la luz del sol que entraba por la ventana. Su traje blanco lucía impecable, aunque le quedaba algo justo de la cintura. Sonrió feliz. Esta noche su regalo de bodas para Jungkook sería decirle que tiene 3 meses de embarazo. La noche en la que le había propuesto matrimonio en París le había obsequiado un maravilloso regalo de Navidad: una familia.
   Sus ojos se llenaron de lágrimas. En verdad estaba viviendo su propio cuento de hadas.

   La puerta se abrió y Taehyung entró a la habitación. El omega rubio lucía radiante. Su avanzado embarazo le daba un aire sereno y lozano que lo hacía querer adelantar el tiempo para saber cómo se vería él.

   - Muy bien Jiminie, es hora de casarte. – le dijo, tomando el bouquet de peonías y lirios para entregárselo. - ¡Hey! ¿Por qué estás llorando, qué sucede? – preguntó alterado, limpiando con delicadeza la rebelde lágrima que se escapó de los ojos del pelirosa.

- Es solo que estoy muy feliz Tae. No puedo creer que esté viviendo esto. –

El rubio suavizó su gesto, enternecido. No había nadie que mereciera más amor que su amigo. Le dio un pellizco en el brazo.

   - ¡Hey! ¿Por qué fue eso? –

   - Para que estés seguro que no estás soñando. – respondió con una sonrisa cuadrada en su rostro.

   El pelirosa negó con la cabeza, divertido. Recibió su ramo de las manos de su soulmate y habló con seriedad:

   - Estoy listo, vamos. –

   Su mejor amigo asintió y tomó su mano para enlazar sus brazos. Se aferró a él, listo para caminar al exterior, a casarse con el amor de su vida.



   Jungkook estaba nervioso. Miraba hacia abajo, al jardín donde se encontraba la pérgola frente a la cual se casarían Jimin y él. La suave tela blanca se movía con la brisa primaveral y las peonías de un suave tono de rosa con los lirios blancos le recordaban a su prometido. Instintivamente, una sonrisa se dibujó en su rostro al pensar en él. Estos meses a su lado han sido los más increíbles de su vida, a pesar del caos que habían sido los primeros días después que avisaron de su compromiso, puesto que sus familias y amigos habían empezado a planear los detalles de la boda con puntos de vista diferentes y causando acaloradas pláticas en su hogar. Rió entre dientes al recordar la última discusión de Seokjin con su madre, la madre de Jimin, Hwa Sa, Hoseok y Taehyung. Todos expresando sus ideas vehementemente hasta que Jimin los calló gritando que ya había decidido contratar a una planeadora de bodas porque no tenía suficiente tiempo para organizar todo y además terminar con su mudanza al penthouse de Jungkook, tramitar la venta de su departamento y cumplir con los ensayos de la obra a la que había accedido a participar por un par de meses, antes de contraer nupcias e irse de luna de miel. Su omega era una dulce y adorable bolita de arroz hasta que lo hacían enfadar.

   Escuchó la puerta abrirse y se giró a ver a su padrino de bodas, Namjoon.
   - ¿Listo? –
   - Mas de lo que nunca he estado. –

   Tomó su lugar bajo la pérgola, junto al juez y recorrió con su vista a los invitados sentados frente a él. Namjoon estaba parado a su izquierda, atrapando los besos volados que le lanzaba Seokjin desde su asiento. Ellos no necesitaban casarse, decían que eran felices así y que no les importaba lo que dijera la sociedad al respecto de que vivieran en unión libre. Sonrió. Estaba seguro de que su vida hubiera sido aburrida sin ellos. Hwa Sa y Jackson intentaban entre risas, lograr que el omega dejara de lanzar besos, pero este les daba manotazos para alejarlos.

... And then I found you - KookMin OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora