... And then I found you - KookMin Omegaverse

XIV

   Jimin despertó con el sonido de su celular. Aún con un ojo cerrado, extendió su mano para tomarlo de su mesa de noche y responder la llamada.
   - Feliz cumpleaños bebé. – escuchó decir en la encantadora voz de su alfa.
   - ¡Kook! ¡Gracias! – respondió aún adormilado, lo que hizo que el castaño al otro lado de la línea riera de manera profunda. El omega pudo sentir cómo los vellos de su cuerpo se erizaron en respuesta al seductor sonido.
   - Te veré hoy a las 7, ¿de acuerdo? Disfruta tu día, precioso. –
   - Si Kook, gracias de nuevo. Te veo más tarde. – se despidió con una sonrisa enorme en su rostro. Sintió la emoción correr por su cuerpo. Esta noche tendría una cita con su novio. SU NOVIO. Chilló de emoción mientras se remolineaba en la cama antes de levantarse para decidir qué se pondría esa noche.
   Estaba sacando un top brillante cuando escuchó el timbre y unos golpes en la puerta.

   Cuando abrió la puerta, dos hombres se abalanzaron sobre él para abrazarlo y besar sus mejillas.
   - ¡Feliz cumpleaños Chim! – exclamó un alegre Hobi.
   - ¡Feliz cumpleaños al mejor y más lindo soulmate! – felicitó Tae antes de mostrar el pastel que tenía una vela lista para ser encendida.
   - Gracias por venir chicos, y por alegrarme cada día que están conmigo. – dijo un tierno pelirosa, sonriendo tanto que sus ojos se volvieron dos líneas.
   - Ppfff, no me hagas llorar, que estas hormonas me tienen muy sensible. – exclamó el rubio caminando a la cocina por platos y cubiertos para partir el pastel.
   Sus dos amigos lo vieron con curiosidad, acercándose a la mesa frente al hermoso pastel rosa.
   El omega rubio sonrió en grande. – Bueno Jiminie, tengo un regalo para ti. Vas a ser tío. – comentó posando su mano sobre su vientre.
   Gritos de felicidad llenaron la casa, mientras el pelirosa y el beta abrazaban de nuevo al omega rubio embarazado. Los ojos de los tres brillaban con lágrimas de felicidad.
    Parloteaban acerca de que tenían que empezar a comprar zapatitos y ropa de bebé antes de que el rubio los detuviera con una palma en alto.
   - Apenas tengo 5 semanas, así que tenemos tiempo para ir de compras. – La sonrisa en su rostro enterneció a sus dos amigos. – Pero ahora, vamos a partir el pastel de Minie. Y por supuesto, tienes que pedir un deseo. – dijo encendiendo la vela que reposaba sobre el betún rosado.
   - Aprovecha bien este deseo Chim. – exclamó el pelirojo, elevando y bajando sus cejas repetidamente en un gesto pícaro, lo que le valió un manotazo del pelirosa.
   - Pervertido. – exclamó el festejado, obteniendo como respuesta la carcajada de sus dos amigos.

   El omega se acercó a su pastel, pensando en lo afortunado que era por tener tantas cosas increíbles en su vida, incluyendo a estos dos que nunca lo abandonaban. Su mente por supuesto fue llenada después con la imagen de un apuesto alfa que había llegado a su vida sin siquiera haberlo buscado. Tal vez las mejores cosas de la vida llegan así, de improviso. Sonrió cerrando sus ojos. Una vez más, se atrevería a soñar.

   Quiero mi propio cuento de hadas. Deseó, antes de soplar la vela con el corazón rebosante de esperanza. 

     Jimin se pone un aro de plata en su lóbulo mientras revisaba su reflejo para asegurarse que lucía como deseaba. Su lobo le decía que esta noche era especial, así que se había esmerado en su arreglo. Sus ajustados pantalones negros de piel realzaban sus maravillosas piernas y trasero, su brillante top plata sin mangas tenía un amplio escote redondo que dejaba ver un poco de su suave pecho y sus delicadas clavículas y el saco de terciopelo negro que lo cubría del frío, tenía cristales de diferentes tamaños simulando explosiones de fuegos artificiales. Sabía que se veía bien. Más que bien. Esperaba que a su alfa le gustara su ropa. Tanto, como para quitársela. Rio para sí mismo con sus mejillas tomando color.
   En cuanto recibió un mensaje de su novio avisando que esperaba por él, salió apresurado. Había estado pensando en él constantemente, extrañándolo.