𝐝𝐨𝐬

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Heeseung estaba revisando al gato de la adorable señora Manoban.

La mujer se mantuvo en silencio junto a él, respetando su espacio de trabajo.

— Solamente necesita un baño, puede pasar con Jay para que él se encargue — la voz seria de Heeseung fue suficiente para que la mujer le diera una sonrisa amable al joven alfa.

Ella ya conocía a Heeseung. Desde que abrió su clínica hace tres años, ella era una clienta usual en los chequeos constantes a su gato.

Sabía que Heeseung no era exactamente el tipo de persona que le sonreía a los demás.

Era amable, pero demasiado frío, el alfa prefería no hablar con las personas y usualmente se mantenía serio frente a los demás.

Después de una hora, Jay entró bien dramático al área donde estaba
Heeseung.

— ¡¿Un baño a un gato?! — Jay se veía frustrado, su uniforme aqua estaba lleno de agua y pelos de gatos por doquier, claramente tuvo una pelea fea con ese gato regordete de apariencia semejante a la de Garfield —. Esa maldita albóndiga casi me saca un ojo hoy.

— Tú dijiste que te encargarías de los baños este mes — Heeseung vio a Jay y levantó una ceja.

El alfa peliazul rió seco.

— Había mucho tequila en mi organismo, eso se considera como una manipulación profesional, te voy a demandar — Jay se cambió de camisa y se recargó débilmente en el mostrador.

Heeseung lo siguió.

— ¿Falta alguna cita?

Jay vio la computara y asintió.

— Kim — Jay siguió viendo el documento —. Baño antiséptico para su cachorra.

Heeseung asintió.

El alfa era muy reservado.

Sus amigos realmente se podían contar con los dedos de su mano.

Jay claramente era uno de ellos, el parlanchín una forma u otra consiguió que el alfa mantuviera una amistad con él a pesar del nulo interés de este en formar una amistad.

Aun así, al graduarse de la universidad, lograron abrir su negocio y ahora son bastante felices con su consultorio, Heeseung es cirujano veterinario y Jay está especializado en fisioterapia e imagenología.

— Ese omega se ve tierno según Jungwon
— Jay se sentó en la camilla. Jungwon es el dueño del local de al lado, una cafetería.

— Estás en una camilla en la que usualmente hay animales con garrapatas, infecciones o que simplemente orinan en ella — la voz de Heeseung se mantenía neutral.

— Deberías invitarlo a salir — Jay
hizo una mueca y se levantó de la camilla.

— ¿Por qué haría eso?

— Porque llevas años sin tener una cita.

— No me interesa tener una cita.

— ¿Aún no superas lo qué pasó con Jake?

— No es eso, simplemente no me interesa una cita. Y además, ese omega no me interesa.

Se escuchó la campanita de la puerta por lo cual había llegado un nuevo cliente.

Ahora Sunoo entraba por la puerta con Piña entre sus brazos, tenía puesta una correa con un collar color amarillo.

— ¿Por qué no la dejas caminar? — el alfa hablo serio, haciendo al omega ponerse nervioso y sonrojarse.

Sonrió viendo al alfa de bonitos cabellos
color chocolate.

— Me gusta cargarla.

— Tienes que dejarla caminar sola — Heeseung se adentra al área donde vería a Piña.

Después de unos minutos, el alfa siguió con su trabajo, revisó a Piña y le dio su baño antiséptico.

Todo frente al omega, que lo veía fijamente y cada que él lo miraba le daba una linda sonrisa. Heeseung solo se mantenía distante y hacía su trabajo.

— Se encuentra bien, pero claramente tiene miedo de todo.

Heeseung soltó a Piña, quien corrió por la mesa de metal a donde estaba Sunoo y se resguardó en sus brazos temblando de miedo al ver al grande alfa.

— L-los vecinos de la casa de enfrente de donde la encontré me dijeron que usualmente le pegaban... — Sunoo acarició débilmente a Piña, quien lamió su mano. — Parece que mataron a golpes a su madre.

Heeseung vio con tristeza a la perrita, quien se mantuvo cerca de Sunoo.

Heeseung se acercó a una bolsa y sacó un premio, dándoselo a Piña quien lo tomó y corrió nuevamente a los brazos de Sunoo.

— Veo que la estás cuidando bien — el alfa vio al omega que se sonrojó y sonrió feliz.


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Después de unos minutos Sunoo salió de la veterinaria con Piña en sus brazos e indicaciones de Heeseung de que la hiciera caminar con su correa de vez en cuando.

Sunoo se mantenía brillante, sonriente y adorable.

Heeseung por un segundo sintió que quería devolverle la sonrisa al omega.

Cuando Sunoo salió de la veterinaria chocó con el árbol frente al establecimiento.

Heeseung sin que nadie se diera cuenta sonrió débilmente.

Qué raro omega.

cute vet | heesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora