𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐨𝐜𝐡𝐨

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Llevaban semanas durmiendo en el departamento de Heeseung.

Al mayor le gustaba tener a Sunoo en su hogar y Sunoo de verdad disfrutaba dormir con Heeseung.

En palabras del mismo menor: "Eres calientito, alfa".

A Heeseung le gustaba la idea de no estar solo.

Aún así de la nada el hogar del alfa se llenó de varias plantitas al azar por el departamento, sus tazas totalmente blancas tenían entre ellas una taza de cerámica de muchos colores con florecitas por todas partes y de una forma u otra había un osito de peluche en su sofá totalmente blanco.

Se llama Lenny.

El alfa disfrutaba de compartir su hogar con el omega.

Ahora estaban acurrucados viendo la televisión. Leopoldo estaba en las piernas de Sunoo ya que el omega lo había llevado a su casa.

— ¿Por qué no tienes mascotas? — el omega pregunto curioso mientras veía a Heeseung acariciar al gato.

— No quiero, no me gustan. — el alfa contestó honesto. — Son una responsabilidad muy grande.

— Pero... eres veterinario.

— Porque amo los animales. — el alfa sonrió. — Solo los veo por unos minutos, además de que vivo en un departamento pequeño, no en una casa como tú, de esa forma Piña es feliz en tu jardín.

El omega hizo una mueca.

— Debería ir a mi casa, — el omega besó la mejilla de su alfa y se levantó haciendo que su gato se molestará y se pusiera en el regazo de Heeseung. — Tengo que ir a ver cómo están las cosas, además Sunghoon me dijo que quería hablar algo serio conmigo.

Heeseung frunció el ceño.

No quería separarse del omega ahora, estaba disfrutando su tarde.

Realmente no se siente a gusto durmiendo solo, ahora necesita a Sunoo para poder dormir.

Le gusta estar con Sunoo y tal vez le gustaría vivir con el omega, pero no en ese pequeño departamento en que vive justo ahora.

— Te llevare a tu casa. — el alfa se levantó y se estiró.

Sunoo se acercó al mayor y besó su mejilla.

— Eres muy lindo. — el omega sonrió.

— Tu también, omega. — Heeseung sonrió.


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Sunoo estaba detrás de ese pequeño puesto con un grande cartel con el grabado de "Venta de Besos".

El exterior del museo en que trabajaba se convirtió en una grande feria con muchas atracciones, juegos y pequeños puestos. Todo esto tiene el motivo de recaudar fondos para diversas cosas, una de ellas el refugio de animales, la restauración de una escuela, etc.

Sunoo estaba en su puesto con un lindo suéter rosa, jeans negros y un sonrojo constante por las personas que tocaban sus labios.

Sunghoon estaba al lado de él, encargándose de que nadie se aproveche de la situación.

Heeseung se acercó al puesto y le sonrió a Sunoo.

Heeseung estaba vestido con un disfraz de vaquero que Jay le obligó a usar, botas y sombrero incluido. El alfa había puesto un pequeño recinto en que los niños podían acercarse a acariciar perritos, gatos y otros cuantos animales, también tenían conejitos.

— Hola, amor. — el alfa se quitó su sombrero y puso un billete de un dólar en el bote pintado de color rosa que había puesto Sunoo. — Compré uno de tus besos.

Sunoo sonrió y tomó las mejillas del alfa para dejar un besito suave en sus labios, al separarse el mayor aún tenía sus labios en forma de beso.

— Te besaría gratis, pero esto es por una buena causa. — el omega sonrió.

— Yo te dejaría acariciar a mi serpiente gratis, pero es por una buena causa. —el alfa le guiñó un ojo y el menor se sonrojó.

— ¡Eres tan vulgar! — el omega chillo.

Heeseung rió.

— ¡Hay una serpiente en mi puesto! Jay está a cargo de los reptiles y trajo una serpiente, los niños están emocionados con ella. — el alfa rió. — Tu pequeña cabecita sucia fue la que malinterpretó el mensaje.

Sunoo se sonrojó más y rodó los ojos.

— Te odio. — murmuró.

El alfa rió y negó.

— Yo te amo. — soltó sin pensar.

Sunoo puso una expresión de sorpresa al escuchar al alfa.

La palabra con "A", realmente nunca la habían dicho.

Llevaban unos cuantos meses saliendo, y mucho tiempo como amigos.

El omega se sentía cómodo y Heeseung solo podía sentir como su corazón estaba apunto de estallar cada vez que pensaba en el omega, en su suave cabello, sus adorables ojitos ámbar y su delicioso aroma a fresas.

— Heeseung ... — tartamudeó el omega con ilusión en sus ojos.

El alfa sintió sus mejillas sonrojarse y los nervios crecer en su estómago.

¡Le dijo te amo!

Lo dijo sin siquiera dudarlo, sin pensarlo y ahora el omega lo veía asombrado.

Tal vez Sunoo no lo amaba.

Tal vez lo hizo demasiado rápido.

Tal vez ahora mismo arruino lo que tenía con el menor.

— Tengo que ir al puesto. — el alfa se fue tropezando con varias personas en su camino y sintiendo un nudo en su estómago.

Se fue sin dejar a Sunoo siquiera decir lo que tenía en la punta de la lengua.

Sunghoon regresó con dos algodones de azúcar azules.

— ¿De que me perdí? — Sunghoon sonrió — ¿Conseguiste más clientes?

Sunoo estaba atónito hasta que Sunghoon le dio su algodón de azúcar.

El omega tenía sus mejillas sonrojadas y su corazón latía con fuerza.

Desde lejos Heeseung podía ver como el omega se veía atónito.




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cute vet | heesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora