𝖈𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖙𝖗𝖊𝖘

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ℙ𝕠𝕧 ℂ𝕙𝕒𝕟𝕘𝕓𝕚𝕟

Me separé de Félix pero el calor del celo aún no pasaba. No estoy en mis cinco sentidos y es que el delicioso aroma a frutos rojos de Félix me estaba volviendo loco.

Lo levanté para sentarlo sobre mi regazo. El de acurrucó en mi cuello donde dejó un pequeño besito en el.

Yo frote su espalda un poco, pero fue cuestión de unos minutos que lo sentí comenzar a moverse sobre mi logrando que me excitara aún más.

Claro, son las primeras horas de celo y es normal todo esto. Lo tome de su cadera y lo ayude a frotarse sobre mi, nuestros miembros estaban uno junto a otro entre nuestros abdomenes y eso lo hacía aún mejor, ambos nos apretamos tan bien que incluso esa frotada hacía sentirse como una muy especial.

Nada comparado con otras.

Bese su cuello mientras lo escuchaba gemir y jadear contra mi oído, se notaba que trataba de hacerlo lo más bajo posible, solo para nosotros dos.

Lo detuve un poco para poder levantarlo de su cadera, lo acomodé bien y entre en él, soltó un gemido ahogado al mismo tiempo que apretaba mis hombros con sus brazos.

Comencé a moverlo lento, yo ayudaba con movimientos de pelvis para hacer que sintiera un mayor placer.

Y no supe que tanto duramos así, solo se que cada vez que terminabamos yo renovaba la marca en su cuello.

Y no me preocupaba, al fin de cuentas era una marca temporal y sabía que desaparecería en al menos una semana.

••••ᴍᴀs ᴛᴀʀᴅᴇ•••

Félix dormía sobre mi hombro, ambos estábamos desnudos y sudados luego de tantas rondas, en verdad perdí la cuenta de cuántas habían sido y creo que nunca había estado tan activo sexualmente hasta hoy.

Frote un poco su espalda mientras que con la mirada buscaba mi teléfono, ¿Cómo llegó ahí? Estaba sobre la repisa de maquillaje que estaba al menos a un par de metros de dónde estábamos nosotros.

Lo bueno es que el celo había pasado y ahora me encontraba algo más conciente que hace unas horas. El sueño me estaba ganando y solo me quedó recostar mi cabeza sobre el respaldo del sillón para cerrar mis ojos y dormirme.

Horas más tarde, oh al menos así lo sentía, pude despertarme, aún seguíamos en aquel camerino. Félix comenzó a despertar también y cuando de movió un poco soltó un quejido de dolor.

Aún seguía dentro de el y sabía que eso debería de ser lo suficientemente incómodo y doloroso para que halla hecho eso. Con mucho cuidado lo alcé un poco y saqué mi miembro de su interior.

—¿Estás bien?—le pregunté. Él asintió algo lento, aún procesando todo.

—lo siento por esto—comenzo hablando mientras se sentaba a un lado mío. Yo le pasé algo de su ropa para que comenzara a vestirse—no tenía idea de que mi celo llegaría hoy—comento.

Yo me comencé a cambiar de igual manera—descuida, tal vez se adelantó o algo—le dije, tome mi teléfono y me di cuenta que aún era de madrugada. —les avisaré que tendremos dos días de descanso, así tú puedes descansar un poco ¿Si?—el solo asintió agradecido, yo sonreí leve.

Era una situación tan incomoda como cómoda a la vez. Y lo atribuía a la marca.

—sabes, lo de la marca...

¡𝙻𝚞𝚌𝚎𝚜, 𝙲𝚊́𝚖𝚊𝚛𝚊, ¿𝙱𝚎𝚋𝚎́? ✦𝙲𝚑𝚊𝚗𝚐𝚕𝚒𝚡✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora