Capítulo 30

274 32 13
                                    

La noche continuó bien para nos chicos; se la pasaron en la barra de bebidas mientras hablaban entre ellos y, obviamente, bebían un poco (mucho). Miraban a los demás bailar mientras disfrutaban de la música que el lugar les ofrecía.

Lamentablemente, para nuestro peliplata, el sonido del lugar comenzó a molestarle al cabo de una hora, así que le pidió a Iruka que le permitió era un momento para ir al baño. El moreno asintió con una sonrisa en la cara y Kakashi se marchó; entró al baño, dejando la bebida que traía en la mano (había olvidado dejarla) sobre un lavabo y se echó agua a la cara y el cabello. Se miró al espejo unos segundos y vio la silueta del moreno entrar por la puerta; se giró hacia él y el moreno hizo lo mismo.

–¿Está molestándote el ruido? –preguntó.

–Algo... Después de un tiempo ya comienza a molestarme –respondió.

–Y más con unas copas encima, ¿no? –dijo Iruka.

–Sí jaja. Sí, creeme qué sí –rio nervioso.

–Vayamos afuera. Tomemos el aire, ¿te parece? –propuso.

–Bien.

–De acuerdo, ve adelantándote. Ya te alcanzo –dijo y salió del lugar.

Kakashi hizo caso a lo que el moreno había dicho así que, reacomodo su ropa y salió del baño con dirección al pequeño patio que el salón tenía. A él le parecía extraño que casi nadie quisiera estar ahí pero se imaginaba que todo preferían estar adentro ya sea probando la comida, bailando, felicitando a Asumao hablando con la demás gente.

Probablemente él era el único introvertido de la fiesta e Iruka se veía obligado a estar cerca de él para que no estuviera solo o para que no hiciera alguna estupidez. Incluso él se tenía miedo a veces, pero se sentía culpable de que Iruka lo cuidara como si fuese un niño.

–¿Por qué haces todo esto por mí, Iruka...? –sé preguntó en voz alta.

–¿Hacer qué? –preguntó Iruka llegando a su lado.

–¡Ah! Iruka... Carajo, me asustaste –rio.

–Jaja... Lo siento –le extendió la mano con una cerveza.

–Gracias –la recibió– vayamos a sentarnos en alguna de las mesitas –dijo refiriéndose a las mesas que había ahí para que la gente se sentara. Pero nadie lo hacía.

–Bien.

Y fueron ahí. Se sentaron uno al lado del otro, se sonrieron por eso.

–Y bueno –dijo Iruka dando un trago a su cerveza– ¿qué era lo que decías hace un rato? –preguntó.

–¡Eh! Ah, eso... –sus mejillas se tornaron rojas– n-no era nada... Probablemente ya estoy loco jaja... –le dio un gran sorbo a su cerveza.

–Ajá... No te librarás de mí tan fácilmente, Kakashi Hatake –dijo con una sonrisa juguetona.

–Vamos, Iruka. Juro que no era nada... Solo hablaba conmigo mismo –sonrió nervioso.

–Kakashi Hatake. Vas a decirme te guste o no. Es una orden –dijo jugando.

–Bueno, pues claro que me gust- calló al instante de decir eso.

Kakashi se giró rápidamente mientras tapaba su rostro de la vergüenza.

–... ¿P-perdona?

–¡No dije nada! O-olvidado... Por favor –sentía unas ganas horribles de salir huyendo de ahí.

–Kakashi... –tomó el rostro del peliplata con su mano– vamos, mírame.

Kakashi tenía la mirada baja. Evitaba mirar a Iruka a los ojos, simplemente no podía.

–Kakashi... –él peliplata lo miró– está bien... Todo está bien.

–Lo dices solo porque me tienes lástima... ¿No...? –preguntó.

–¿Qué? ¡No! Claro que no, Kakashi tú eres una persona maravillosa.

–Esto... No está bien. Sé que no está bien lo que siento, Iruka –puso su mano sobre la de Iruka. La que aún estaba sobre su mejilla.

–Kakashi... Todo lo que sentimos está bien, somos humanos –le sonrió.

–No trates de consolarme –se aferró a su mano.

–K-Kakashi... Yo ¿te gusto? –sintió que la pregunta era absurdamente ridícula, pero sentía la necesidad de hacerla.

–Iruka. Desde que estás conmigo mi vida a mejorado en todo sentido. Siento que, probablemente, me enamoré de ti en cuanto decidiste sacarme del trance estúpido en el que me encontraba –pegó su frente con la del moreno– no tiene sentido que me preguntes... Nunca antes había amado. No tenía idea de lo que era, hasta que te conocí, Iruka.

Los ojos del moreno se llenaron de lágrimas y una resbaló por su mejilla.

–Yo... No sé... Simplemente no sé cómo reaccionar –Kakashi limpió su lágrima.

–¿Quieres que hablemos esto en otro lado? –preguntó Kakashi, aún nervioso.

Iruka sólo asintió.

–Ve por tu abrigo, está adentro. Le diré a Anko que nos iremos de una vez –le dio un beso en la cabeza y se levantó.

–Es un buen chico, Iruka... Simplemente lo es.

°°°

Llegaron a casa de Iruka, cerraron la puerta tras ellos y se sentaron, cada uno en un sofá diferente de la sala. Iruka se levantó y preparó algo de té, hacía frío.

Kakashi dio un gran respiro y comenzó la conversación. Necesitaba aclarar su mente y hablar bien con Iruka, saber desde que momento había comenzado todo y qué era lo que había hecho que ambos se llegasen a gustar. Hablaron tanto y por tanto tiempo que hubo en punto en donde ya ambos había perdido la vergüenza que tenían y se habían sentado en el mismo sofá, se daban algunas miradas en donde aún se sonreían como adolescentes enamorados. A ambos les parecía algo verdaderamente tierno de parte de los dos. Su conversación terminó cuando nadie supo que más decir que un simple y cálido:

–Te quiero, Kakashi –acarició suavemente su mejilla.

–Igual yo –ambos sonrieron.

Se miraron unos segundos, pero ninguno supo quién comenzó el beso.

Estúpido Loco °KakaIru°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora