Estúpido Loco °KakaIru°

Capítulo 26

Iruka se despertó con la cabeza tan adolorida que sentía que estaba apuntó de explotarle en ese preciso momento; maldijo en su mente haber tomado tanto pues no soportaba la luz que comenzaba a entrar por su ventana. Se giró del lado opuesto de esta para levantarse a cerrarla, pero en cuanto giró se quedó completamente helado, no pudo moverse o formular palabra alguna, ni siquiera tenía intenciones de gritar, sólo quería salir de la cama e ir a otro lugar a preguntarse que clase de estupideces había hecho la noche anterior.

El peliplata se encontraba durmiendo plácidamente en la cama de Iruka, el moreno se dio cuenta de que las sábanas de su cama le cubrían por completo el cuerpo. Estaba claro que confiaba en Kakashi, él era una buena persona, pero con los efectos del alcohol encima hasta él podía llegar a desconocerse, fue entonces que lentamente levantó la sabana que cubría su cuerpo y... ¡No estaba desnudo! Toda la ropa que triaia la noche anterior estaba en su lugar. Intacta. Suspiró con mucho alivio y pesadez.

–Probablemente yo no dejé que fuera a dormiste en la sala y es por eso que está aquí... Fui muy estúpido al pensar en otra cosa –se levantó lentamente de su cama para evitar hacer ruido o mover mucho la cama y que así Kakashi no se despertara– iré a hacer algo de desayunar y buscar algo para la ¡estúpida jaqueca! Que tengo en este momento...

Entró al baño y se dio una ducha rápida, salió del baño, tomó su ropa y luego entró nuevamente al baño para vestirse. Salió de la habitación sin hacer ruido mientras apreciaba la cara del peliplata que aún dormía en su cama.

°°°

Kakashi se despertó de golpe, no sabía el por qué. Pero así había sido, miró a su lado y se percató de que Iruka no estaba con él, probablemente estaba en la sala o la cocina así que se levantó de la cama, acomodó su ropa y su cabello, y fue a buscar a Iruka en la sala, pero no estaba. Entonces lo busco en la cocina y el comedor y tampoco estaba, esto le extrañó mucho al peliplata así que decidió llamarle para preguntar a dónde había ido, fue cuando le llamó que la puerta de la entrada se escuchó, dando a entender que alguien había entrado, y el tono de llamada de Iruka comenzó a sonar. Kakashi salió de la cocina y miró a Iruka mientras esté colgaba la llamada, miraba a Kakashi con una sonrisa y dejaban un par de bolsas sobre la mesa del comedor.

–Lamento no haberte despertado, estabas aún muy dormido y cómodo y preferí dejarte dormir –se sentó en una de las sillas y abrió una de las bolsas.

–Oh, está bien. Lamento haber dormido tanto –rio un poco.

–¿Te duele la cabeza o algo? Traje medicamento porque yo enserio siento que estoy muriendo.

Kakashi se sentó a su lado.

–De hecho sí. Me duele un poco la cabeza y la garganta.

–Bien –le dio una caja de pastillas– toma, te traeré un vaso con agua. Ya regreso.

Iruka se levantó y fue a la cocina. Luego regresó con dos vasos de agua, uno se lo entregó a Kakashi y el otro lo usó el para tomar sus pastillas.

–Había traído esto para hacer de almorzar –dijo Iruka señalando las bolsas– pero Anko me llamó cuando ya venía en camino y me dijo que ella nos traería algo de almuerzo y vendría a comer acá de paso –sonrió.

–Oh, ya veo... ¿A qué hora va a llegar? –tocaron el timbre de la casa.

–Probablemente ya esté aquí. Iré a abrir –se levantó de la mesa.

Kakashi tomó su vaso de agua y un par de pastillas, se las tomó y a los pocos segundos sintió la necesidad de correr al baño a vomitar. Anko e Iruka vieron cuando el peliplata corrió al baño, ambos chicos se sentaron en la mesa y se miraron confundidos. No sabían que pasaba.

–¡Mierda! –gritó desde el baño. Se escuchó como bajó la palanca– ¿qué coño tomamos anoche? –dijo mientras volvía al comedor y veía a Anko e Iruka. Era la primera vez que Kakashi hablaba de aquella manera.

–Estaba tan ebrio que ni siquiera puedo recordar –contestó Iruka.

–Yo no recuerdo más que haber tomado sake, cerveza y un par de copas de vino... –respondió Anko– ah, pero todos estábamos pidiendo cosas distintas, a excepción de la cerveza. Todos bebimos eso.

–Pues no importa lo que hayamos tomado, ¡me cayó horrible! –cubrió su rostro con sus manos.

–Ya, descuida. Haré un remedio para los tres, taje todas las cosas, en lo que regreso –tomó su bolso y caminó hacia la cocina– vayan comenzando con el almuerzo, si les da asco, mejor no comiencen con el almuerzo –entró a la cocina.

–Yo sí comeré de una vez –Iruka acercó el plato de consomé y comenzó a comer.

–Yo paso, tengo todo menos ganas de que algo más entre a mi cuerpo... –hizo mueca de asco.

–Bien, entonces espera el remedio de Anko. Te advierto que sabe asqueroso, pero sí e bastante bien –continuó con su comida.

–Sí vomito de nuevo, juro que mejor iré a dormir el resto del día o iré por un suero.

Iruka comenzó a reír a carcajadas.

–Creeme, ser amigo de Anko no es cosa fácil, pero nunca vas a encontrar a alguien tan buena onda y divertida como ella. Ella puede ayudarte a esconder un cadáver incluso –dijo orgulloso de su mejor amiga.

–Ahora veo que, efectivamente, no es nada fácil ser su amigo –se cruzó de brazos.