N.01

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Los ojos le dolían, lo suficiente para sentir que no era buena idea el hacerlo. Su cuerpo estaba entumecido y su ropa estaba mojada.

Trato de levantarse de ese charco de agua logrando solo quedar sentado por el dolor y el esfuerzo. Se quedó postrado tanto tiempo en aquél lugar que el simplemente respirar le dolía, sentado miró a su alrededor notando solo pinos, hojas y unas ramas en todo su entorno nevado. Ante la extraña situación paso su mano por su nuca soltando un suspiro pesado.

Honestamente no sabe cómo llego ahí, hace tiempo que no se refugiaba en las Drogas como hace unos años para que terminase en lugares desconocidos eh indebidos sin recordar cómo llego ahí. Su vida no tiene un transcurso normal como cualquier persona de su edad. No tiene metas como Kyle, No lucha como Cartman, No se trata de superar a si mismo como Stan. No sueña con algo mejor como butters. El solo está ahí, inerte como el amigo buena honda al cual solo recurrir cuando necesitas apoyo. Silencioso, invisible.

Cómo podría ser alguien reconocido si el mismo callaba sus angustias, las frecuentes peleas con sus padres que era lo que mayormente le agobia ya que estos al estar bajo estupefacientes llegaban a ser violentos tanto con el como sus otros hermanos. La falta de comida, un lugar dónde acudir o con quién dirigirse. Sin importar cuánto sea el dolor que el mismo carge en su núcleo familiar el siempre se fuerza a sonreír, siempre está para los demás. Nadie está para el.

Soltó una risa irónica al pensar que alguien podría estar buscándolo, se levantó como pudo y comenzó a dar unos pequeños tambaleantes y dolorosos pasos donde creía y estaba el pueblo en medio de ese bosque. Poco le importaba su ropa mojada y la hipotermia que el frío podría generarle. Pues siempre moría y siempre volvía a ese charco por alguna extraña razón. Era incapaz de usar la razón, pues trataba de entender que hacia ahí, solo llegaban a el las horribles imágenes de como murió tras una extraña sensación de desagrado ante ello.

El siempre fue alguien demasiado desinteresado en la amarga línea entre el bien y el mal, tan ajeno a cualquier cosa como lo era con absolutamente todo.

Divisó su vieja casa a lo lejos en el bosque, soltó un pesado suspiró, mirando el lugar que más molestía le causaba. Llegó temblando de frío a su casa abrazando sus brazos algo congelados tras estar en un lugar húmedo y la baja temperatura de colorado. Miró el lugar donde por suerte sus padres no se encontraban

—¿Qué carajos te paso?—pregunto un castaño alto de apariencia descuidada mientras miraba televisión en su viejo sofa, tenía puesto un chaleco rojo y una camiseta azul. Su rostro estaba reposando en la palma de su mano, mirando a Kenny con genuina preocupación, la cual nunca fue buena de expresar en palabras—A dónde fuiste todo este tiempo?

—A la escuela—Bufó, con sarcasmo sin mirarle, pasando delante de él para ir a su habitación.

—¿En sábado?— Cansino, cuestiono—Mira si no quieres decirme está bien, No me importa si fuiste a drogarte.

—Carajo, Kevin. Lo siento, si? Hoy no tuve una buena mañana, solo vine a cambiarme la ropa y iré a...—Titubeó deteniendo su caminar. hace tiempo que no mantenía cercanía con su hermano, hablarse era como hablar con un extraño, y siendo honestos, tampoco mantenían una buena cercanía desde niños—con Cartman.

Kevin lo miro por un momento tratando de entender del todo a su hermano menor. Cerrando sus ojos con pesadez—Bien, no llegues tarde. mamá y papá volverán pronto—aparto la mirada, pues tanto el como kenny se sentían más desapegados desde hace tiempo, ambos son tan antagónicos ahora que simplemente les cuesta hablarse, más aún por el hecho de que kenny comenzó a ser más callado de lo usual en su casa, inclusive si se trata de una discusión, simplemente la evade.

Kenny solo se limito a cambiarse la ropa por unos jeans rotos y una camisa holgada color negra, aventó su parka a la ventana, ya que está estaba completamente mojada. Tomo su roto teléfono y sus audífonos, se los colocó sin mucho interés, escuchando: I Ran (So Far Away) de A flock of Seagulls, a todo volumen.

Importando le poco el frío del atardecer. Salió cabizbajo de su casa. Cerro la puerta, al girarse se detuvo mirando directamente aquello que le llamo la atención. “¿Qué es lo que estás haciendo ahí?” en voz baja le pregunto a su sombra. Pero su sombra ignoro su pregunta y el sin sentido de esta. Cosa que calo en el corazón de Kenny.

Paso su mano por las hebras de su cabello y lo revolvió con molestia.  Caminó unos cuantos pasos hasta subir las escaleras del viejo y desgastado Soodosopa, se recargo en el barandal para después mierar el cielo en silencio. Pensante, está a poco de salir de la secundaria y el sigue siendo el. Algo que extrañamente lo agobia.

Nunca le importo lo que la gente opinase de el, incluso su propia familia, sin embargo verse a si mismo en ese charco cada vez que muere es sumamente molesto y agobiante, estaba comenzando a cansarse de la misma rutina desde primer grado. Escuchando las típicas palabras rutinarias de sus amigos cada vez que el moría.

El es una persona que perdió el sentido de seguir viviendo, pero se negaba a el suicidio, ya que no importaba si lo intentaba, claro que lo intento. Pero regresaba a aquel charco. Saco una cajetilla de cigarrillos que guardaba en su pantalón comenzando a fumar para tratar de calmar la pequeña ansiedad que se le generaba muy pocas veces.

—¿Qué he hecho conmigo todos estos años?—se dijo a si mismo mientras jugaba con sus dedos delgados tratando de ignorar las lágrimas que siempre se obligaba a no soltar, Ante su constante pelea interna que hace poco comenzó sobre su persona.

Moriría por ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora