N.15

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Estaba frente al espejo mirando sus ojeras pronunciadas, su cabello hecho mierda, sus oscuros ojos verdes, sus pequeños y resecos labios rosas, su piel realmente blanca llena de cicatrices, cortadas y golpes hechos por su padre y por el mismo que tanto odiaba, su cuerpo delgado. Prácticamente tirándose mierda como todos los días.

Soltó un suspiro pesado mientras se recargaba sobre el lavamanos, sus temblores siempre estaban ahí y esos pensamientos caóticos casi inimaginables de cosas improbables siempre le acechaban torturando su sueño y aveces su mismo raciocinio para tratar problemas personales.

Pero está vez era diferente, su mente no lo hizo divagar a algo subreal o aterrador, ni siquiera esos sueños donde Jason le hablaba cosas inaudibles para después ser atropellado, sino que era ese mismo recuerdo una y otra vez de como kenny se dio el lujo de tocar casi todo su cuerpo en ese extraño baile de "amigos".

Sería una mentira si dice que no llego a su casa a intentar dormir abrazando la parka de McCormick.

También se sentía mal porque no podía pensar del todo en Craig, en como resolverían su relación, acaso estaba mal el pensar de más en Kenny?. Restregó sus manos en toda su cara para intentar esfumar esos pensamientos que seguían a mil por hora.

Se forzaba así mismo a no ver su relación más allá de algo amistoso, el sabe perfectamente que Kenny es un degenerado sexual en potencia. Varías veces le dejo eso en claro.

Bajo ya vestido listó para ir a la escuela, se sentó frente a su madre en la mesa, a lado de el había una enorme taza de café. Tragó en seco porque en verdad quería beberlo, pero seguía fiel a su promesa de no hacerlo por su salud.

Su padre tocó su hombro con gentileza haciendo que este se exaltara—Vamos hijo, lo hice para ti—Tweek percibió cada palabra como un tinte siniestro.

Acercó sus manos al gran bote de café y dio un ligero tragó, fue un gran deleite sintiendo el sabor cremoso y el intenso sabor a cafeína golpear su sistema. Sus pupilas se dilataron.

Su padre lo estaba drogando. Su bizarro amor por su hijo era hacerlo dependiente de la cafeína ya que su hijo es el heredero de su trabajo.

El hombre trastornado amaba ver a su hijo drogado, extasiado por el café. Incluso sentía esa misma adrenalina de golpearlo, dentro de su enferma cabeza eso lo llenaba de vida y placer, pues antes golpeaba a su mujer, pero ella le permite golpear a su hijo para que a ella no le haga nada; solo cumple con los deseos de su hombre.

Su extraño y bizarro amor por su propio hijo estaba llendo muy lejos.

Estaban en la cafetería, Stan jugaba con su comida con desanimos recargando su rostro en la palma de una de sus manos; Tenía una resaca que solo hacían que su día fuera más tortuoso ,lento y molesto, Cartman por muy extraño que parezca le dio pala...

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Estaban en la cafetería, Stan jugaba con su comida con desanimos recargando su rostro en la palma de una de sus manos; Tenía una resaca que solo hacían que su día fuera más tortuoso ,lento y molesto, Cartman por muy extraño que parezca le dio palabras de aliento a Stan después de notar que sus insultos solo depriman más a Marsh.

Moriría por ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora