Se le dio una oportunidad a un idiota suicida. La oportunidad de conocer su vida antes del maldito incendio. Pero esa vida es un lugar muy lejano. Lejos del mundo que conocía y lejos de la chica que ama.
Dos mundos, un ideal.
-¿Seguro dos mundos?
...
Los meses en la escuela eran divertidos para el pequeño Laurent. Desde el día en el que casi se involucra en una pelea no pasó nada interesante. Laurent y Pyrrha llevaban bien sus clases y sus notas eran buenas, pero la vida social del niño no era tan buena. La mayoría de las veces pasaban sus horas de receso juntos. Pero eso estaba cerca de cambiar.
—Hoy tenemos una nueva alumna —empezó a decir el profesor—. Su nombre es Rin Tohsaka estará en este salón.
Una niña con el cabello largo y ondulado de color oscuro, el cual lleva atado en dos coletas con unas cintas negras, tenía la piel pálida y ojos de color azul-aqua. Llevaba una camisa blanca con una corbata roja, una falda roja y medias negras largas.
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—Mucho gusto, soy Rin Tohsaka —dijo de manera educada—. Me gusta hacer deporte y esforzarme para mejorar cada día.
—Hay un asiento a la derecha de Laurent, puedes sentarte ahí.
—Está bien —se dirigió al asiento de manera tranquila.
La mirada de los demás estudiantes la seguían mientras caminaban. Los niños y niñas pensaban en lo linda que era Rin y querían acercarse para ser sus amigos.
—Hola, soy Laurent Nikos —dijo de manera normal.
—Ya escuchaste mi nombre, un gusto —respondió la niña de manera seca.
Las clases continuaron sin problemas para todos, a simple vista, Rin había demostrado que era una excelente alumna. Siempre que algún maestro realizaba una pregunta la niña demostraba su conocimiento en varias materias, pero si alguien leyera la mente de Rin verían una personalidad distinta a la que mostraba. En su interior ella deseaba ser la mejor en todo y tenía una manía con ganarle a todos.
—¿Alguien puede decirme como fueron los bandos durante la gran guerra? —preguntó el profesor.
—Vale y Vacuo por un lado; y los Reinos de Mantle, ahora Atlas, y Mistral por el otro lado —respondió Laurent.
«Ese chico... Laurent», pensó la niña. «También es un buen estudiante, pero no creo que me vaya a superar.»
Todas las clases, para descontento de Rin, las pasó junto a Laurent. En otros términos, eso no sería importante. La cuestión está en que Laurent era igual de bueno en los estudios que ella.
«Esto es personal. Nadie supera a Rin Tohsaka», pensó para empezar a reír de una manera malvada. «Prepárate Laurent Nikos, ¡Rin Tohsaka hará que te arrodilles ante ella!»
—¿Rin? ¿Te encuentras bien? —preguntó Laurent al ver que su compañera estaba distraída.
—Todo está bien Laurent, no tienes que preocuparte —respondió con una sonrisa inocente y agitándola mano.
—Es hora del receso, voy a buscar a mi hermana, ¿quieres venir? —invitó de manera inocente el niño.
—Yo... —la niña estaba a punto de negarse, pero vio como sus demás compañeros se acercaban a ella—. ¿Solo están ustedes dos?
