Se le dio una oportunidad a un idiota suicida. La oportunidad de conocer su vida antes del maldito incendio. Pero esa vida es un lugar muy lejano. Lejos del mundo que conocía y lejos de la chica que ama.
Dos mundos, un ideal.
-¿Seguro dos mundos?
...
Las enredaderas empezaron a crecer adentro de Dopey Klein. El «Grimm» avanzaba para poder atraparlos, logró atrapar a Ren, Nora y Jaune, logrando congelarlos. Rin jaló a Pyrrha y llamó a las pequeñas Weiss para alejarse de las enredaderas. Buscó un cristal de «dust», pero, en su lugar, sacó una moneda.
—Funcionará —arrojó la moneda y una puerta apareció.
La puerta las llevó lejos del lugar. Las enredaderas no paraban de seguirlas.
—¡Al tren! —señaló al vehículo.
Pero las enredaderas atraparon a una Weiss pequeña.
—¡Ah! —gritó.
Las enredaderas fueron destruidas por unas flechas, liberan así a la Weiss pequeña. Rin buscó al arquero y vio como Shirou se acercaba a la pequeña albina y la cargaba.
—Tenemos que ir al tren, ¿no?
Todos corrieron hasta entrar al tren y se subieron a él. Rin abrió una ventana y vio que el «Grimm» se mantenía alejado.
—¿No entra? ¿Por qué será? —preguntó Rin.
Las cajas de «dust» empezaron a moverse. Rin se preparó para una pelea, pero cuando una caja se cayó, se pudo ver a Jeanne comiendo los suministros que habían.
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—Aquí estabas —dio un suspiro—. Eres igual que en la realidad.
Otro sonido se escuchó, se trataba de Illya, estaba parada en la cima de las cajas y, en sus manos, llevaba un peluche oso polar brillante. Lo levantó, mostrándoselo a todos.
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—¡Shiro!
—¿Qué significa eso? —preguntó Rin.
—¡Shiro! —bajó de las cajas y levantó el peluche hasta su rostro—. ¡Shirou!
—¡Entiendo! ¡Entiendo! Shiro mantiene alejado al «Grimm».
—¡Shiro! —gritó una vez más para las pequeñas Weiss.
